Header Ads

John D. Macdonald, Pesadilla en rosa

"Busted flush" es aquello que habiendo generado prometedoras expectativas, acaba quedando en poca cosa. Busted flush es el nombre del yate en el que vive Travis McGee en Loderdale, Florida. A McGee le conocimos en Adiós en azul, la primera de sus veintiuna aventuras. No es un detective privado al uso: vive la vida y resuelve casos - recuperar dinero perdido a cambio de la mitad de lo recuperado - cuando necesita liquidez.
Bastante de "busted flush" tiene Pesadilla en rosa, la segunda. Veamos por qué. La novela, interesante en su planteamiento: el deber moral obliga a McGee a ayudar a un viejo amigo y compañero de armas en la guerra de Corea, inválido como consecuencia de las heridas del combate. Resulta que el novio de su hermana pequeña ha muerto en extrañas circunstancias. McGee, en ayuda de su amigo Mike, se traslada a la inhumana Nueva York y descubre que la muerte tiene que ver con un sistema de blanqueo de dinero robado de una empresa. Luego, la novela se diluye en demasiadas páginas en las que en nada avanza - y el interés del lector se pierde -, salvo los avances amatorios de McGee con las mujeres - de la alta sociedad o secretarias - que rendidas caen a sus pies. Ni que decir tiene que estos flirteos son fundamentales para que McGee obtenga información sobre el caso. Incluso, a pesar de sus prejuicios iniciales de carácter moral, McGee acabará enamorándose de Nina, la hermana pequeña de su amigo Mike. Finalmente, la novela remonta en su resolución, en la que veremos el siniestro método mediante el que los ladrones sometían la voluntad del empresario extorsionado y de otras personas.
Pesadilla en rosa nos aporta detallada información sobre McGee: conocemos hasta su talla de zapatos. Es probable que esta información nos resulte útil en las siguientes entregas para valorar en su conjunto la serie de McGee escrita por John D. MacDonald, pues es indudable que fueron concebidas como conjunto; la tres primeras novelas se publicaron en el mismo 1964, lo que también nos evidencia el carácter comercial de su lanzamiento - además en las cubiertas de las doce primeras novelas de la serie encontramos imágenes de atractivas mujeres, amén del juego con los colores en títulos y cubiertas -. Para entonces MacDonald había publicado ya centenares de relatos en los pulpos de los años cuarenta y casi una veintena de exitosas novelas. El problema para valorar el conjunto de la serie es que resulta necesario que se continue la labor de recuperación iniciada por Libros del Asteroide con las dos primeras novelas, pues hace ya demasiadas décadas de las anteriores publicaciones en España de las novelas de MacDonald.

No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.