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Julio Verne, Un capitán de quince años

Auguste François Biard, La trata de esclavos.

¡La trata de negros! Nadie ignora la significación de estas palabras, que nunca deberían haber encontrado acogida en el lenguaje humano. Ese tráfico abominable, por largo tiempo practicado en provecho de las naciones europeas que poseían colonias en ultramar, fue prohibido desde hace bastantes años. Sin embargo, todavía se verifica a vasta escala, sobre todo en África central. En pleno siglo XIX, la firma de algunos Estados que se dicen cristianos, falta todavía en el acta de abolición de la esclavitud.

Este es el primer párrafo del primer capítulo de la segunda parte de Un capitán de quince años, que se publicó, como era habitual, por entregas a lo largo de 1878. Es también el fundamento de la novela. Diversas circunstancias y casualidades hacen que un barco ballenero, el Pilgrim, que no ha tenido una buena temporada deba regresar desde Nueva Zelanda a San Francisco llevando como pasajeros a la mujer y el hijo del su armador, el señor Weldon. Que, en plena travesía, el capitán y los marineros mueran en el intento de cazar una ballena y el barco quede al cargo de Dick Sand, el grumete de quince años - un chico de tan notables como sorprendentes inteligencia, cultura, sagacidad, prudencia... -. Las malas artes del oscuro cocinero del barco desviarán su rumbo hacia las costas americanas hasta el punto de arribar en las del África Occidental, para desconcierto de Sand y los pasajeros a su cargo (a la familia del armador se habían sumado cinco negros norteamericanos recogidos de un naufragio). Estas son las peripecias y aventuras que nos entretienen en la primera parte de la novela, pero, como decimos, es en la segunda en la que la novela cobra su razón de ser.
O mejor dicho, la razón de ser de Un capitán de quince años la encontramos en el proyecto de Pierre-Jules Hetzel, el editor de Verne, que pretendió educar a niños y jóvenes, mediante la lectura, para el mundo moderno con valores progresistas inspirados en Saint-Simon y en el positivismo. La ciencia como motor del progreso y el bienestar humanos. A ese proyecto se sumó Julio Verne con novelas que divulgan el conocimiento científico y tecnológico y que, englobadas bajo el título de Viajes extraordinarios, se publicaron en la Revista de Educación y Recreación, de Hetzel.
Un capitán de quince años es para el lector fuente inagotable y gozosa - pensemos en ese lector adolescente de Verne de los siglos XIX y XX - de conocimientos de náuticos, geográficos, etnográficos, entomológicos, botánicos... pero también un alegato rotundo, ético y progresista contra la esclavitud. El proyecto de Hetzel, y de Verne, pretendía contribuir a difundir entre los jóvenes ideas científicas, pero también sociales y filosóficas.
Este alegato contra la esclavitud justifica que la segunda parte de esta novela sea más discursiva y menos aventurera que la primera. Nos ilustra Verne sobre la trata de esclavos y sobre los viajes de los grandes exploradores de África. 
La travesía de Dick Sand y los suyos se, inició el 2 de febrero de 1873, poco más de dos meses más tarde encallaron en la costa de lo que creían Sudámerica y finalmente constataron que era el África ecuatorial. Donde corrieron nuevos y muy graves peligros. Se trata del territorio de la casi ignota Angola que, poco después, exploraron las expediciones de Cameron y de Stanley. En junio la señora Weldon abriga la esperanza de que Livingstone, a quien Stanley había encontrado el 3 de noviembre de 1871, cuando en Europa se le daba por muerto, llegue al campamento de esclavos donde nuestros protagonistas se hayan retenidos. Pero poco después se recibe allí la noticia de que el insigne doctor ha muerto el 1 de mayo.
La figura de Livingstone, las exploraciones del Congo de Cameron y Stanley que llegaron a la costa de Angola, respectivamente, en 1875 y 1877 y el comercio de esclavos negros que todavía se desarrollaba en ese territorio portugués son el fundamento de este alegato contra la esclavitud, de esta novela de 1878 en la que Verne desarrolla los elementos de su fórmula mágica: un joven protagonista desbordante de virtudes que sabe medir en su justo término, una madre y un hijo desvalidos, personajes nobles, otro disparatado, malvados de los que desconfiar y a los que odiar, un perro fiel, aventuras, conocimientos, final feliz..

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