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Longo, Dafnis y Cloe

Jehan Georges Vibert, Dafnis y Cloe (1865).

Contra Amor no hay bálsamo alguno, ya sea comido, bebido o recitado en ensalmos; tan solo el beso, el abrazo y el acostarse los cuerpos desnudos.

Longo, que probablemente vivió en la isla de Lesbos durante el siglo II, es el autor de una de las llamadas "novelas griegas" que serían, siglos más tarde, fundamento de la narrativa moderna. Dafnis y  Cloe (Alianza Editorial, 1996) nos cuenta, en un entorno bucólico y pastoril, la historia de amor de Dafnis, de quince años, y Cloe, un par de años más joven. Aunque pastoril y campestre y aunque los protagonistas no realizan ningún viaje ni son separados y puestos en peligro por la Fortuna, no faltan en la novela aventuras, guerras, piratas, intervenciones de los dioses - Pan, Eros, las ninfas -, falsas identidades, final feliz... El erotismo es también un elemento básico de la novela pues los pobres chicos sienten los efectos del amor - ella se enamoró al verle a él bañarse desnudo, él al recibir de ella el primer beso - pero no saben bien cómo curarlos - resulta que hay que hacer algo más que acostarse juntos, pero ellos no saben hacerlo, pues no es como lo hacen los animales a los que cuidan -, aunque, afortunadamente, una mujer mayor adiestrará a Dafnis en los secretos del acto sexual para que él pueda, a su vez, guiar a Cloe cuando se consume el matrimonio de estos apuestos pastores, cuyo origen social resulta ser otro muy distinguido (ambos fueron abandonados al nacer, amamantados por una cabra y una oveja respectivamente y encontrados por los pastores que los criaron).
Al fin y al cabo la historia que se nos relata no es otra que la del descubrimiento inocente de la sexualidad por una pareja de adolescentes que descubren el ardor y el insomnio. Aprenden que el instinto natural debe adecuarse a los usos culturales y Dafnis que Cloe debe llegar virgen al matrimonio y ser él, como marido, quien la enseñe lo que él ha aprendido con Licenion, quien le adiestra - como hemos dicho - a cambio de darse el gusto de desvirgar a semejante mozo. La historia transcurre a lo largo de año y medio en el que el paso de las estaciones es paralelo a la evolución de la trama amorosa y a la evolución psicológica de los protagonistas que, niños al principio, se convierten en adultos. Este erotismo básico, atemporal - la iniciación adolescente - hace de Dafnis y Cloe una lectura siempre actual. Y el arte de Longo al contarlo, integrando con originalidad elementos habituales de la literatura clásica y manteniendo siempre el interés del lector, una lectura imprescindible.
A diferencia de otras novelas griegas muy conocidas en el Renacimiento y el Barroco, quizá por su erotismo, la primera traducción española de Dafnis y Cloe es la de Juan Varela de 1880, quien no dudó en cambiar el sexo de un personaje para evitar que su atracción por Dafnis resulte homosexual. La mayoría de las ediciones actuales siguen el texto de Varela, no así la de Alianza.

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