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Mahi Binebine, Yo, bufón del rey

Mohamed Binebine, de pie primero por la izquierda y Hassan II (tercero).
El 10 de julio de 1971 se produjo un atentado contra Hassan II, rey de Marruecos. Los principales responsables de este golpe de Estado fueron ejecutados tres días más tarde. Otros militares implicados fueron encarcelados y poco tiempo después desaparecieron. Algunos lograron sobrevivir y salieron, en 1991, del centro secreto de detención al que fueron trasladados.
El reinado de Hassan II se inició en 1961 y finalizó con su muerte en 1999. Que se trató más de una monarquía absoluta que de una monarquía parlamentaria, como pretendía aparentar, lo sabemos. Lo que resulta sorprendente es descubrir, mediante la lectura de Yo, bufón del rey (2017; Alfaguara, 2018), que la corte de Hassan era más bien una corte medieval. Un rey rodeado permanentemente de un séquito numeroso de personas, a su disposición las veinticuatro horas del día, entre los que había médicos, músicos, adivinadores y echadores de cartas, poetas, bufones, cocineros... y todos los que fueran necesarios para atender y agradar a su señor en cada uno de sus caprichos y cambios de humor. Una corte en la que cualquiera - el bufón favorito del rey - de ese séquito, que tiene el honor de hablar confidencialmente con el rey, tiene mucho más poder que cualquier ministro o cualquier político.
Hassan reclutó, al inicio de su reinado, para ese séquito a Mohamed Binebine cuando supo de sus conocimientos poéticos. La cultura y la memoria de Binebine le permitían recitar infinitos poemas y narrar e inventar infinitas historias y chistes. Y a eso se dedicó durante treinta y cinco años; a recitar poemas a Hassan, a contarle chistes para que se riera y estuviera de buen humor, a narrarle cuentos cuando el rey se acostaba hasta que conciliara el sueño...
La confianza de Hassan en Binebine no se quebró ni siquiera por la profunda herida que supuso la participación del hijo mayor de éste en el atentado de 1971: Mohamed estaba junto al rey y pudieron morir juntos en el tiroteo y, además, renegó de su hijo.

Mi padre decía: "Por el cielo flota un meteorito que se supone que le caerá en la cabeza al primer terrícola que hable mal de sí mismo en público". No en broma, como ocurre a veces, ni por falsa modestia.

Nadie habla mal de sí mismo ni tampoco de su padre. Por eso Mahi Binebine ha escrito esta breve novela a mayor gloria de su padre Mohamed, a quien otorga la voz narrativa. El relato en primera persona del bufón del rey resulta colorista y descriptivo, conocemos el ambiente y las intrigas de esa corte medieval, es más lo que se sugiere o se entrevé que lo que se narra en frases y párrafos llenos de arabescos. Mahi Binebine (Marrakech, 1959), pintor y novelista, podría haber escrito una novela más larga y profunda que nos hablase de los entresijos del reinado de Hassan II y/o del dolor de unos padres que pasan veinte años sin saber de su hijo, desaparecido estando encarcelado. Pero el objetivo es otro; ofrecernos una imagen amable de su padre. Y el resultado, más bien insustancial para el lector salvo los dos conmovedores capítulos finales; la vuelta a casa del hijo desaparecido y el momento en que el bufón debe decirle al rey que se muere. Por encima de escribir una novela para que la leamos, Binebine ha escrito una novela para reconciliarse íntimamente con su padre (muerto en 2008) teniendo presente la idea de su hermano; de los encarcelados sólo sobrevivieron los cuatro que consiguieron expulsar el odio de su interior. Mohamed renegó de su hijo para no perder su lugar junto al rey; su familia se rompió, pero su hijo mayor le perdonó y ahora Mahi también lo hace.
Desde el 2000 Akal, Abada y Alfaguara han publicado en España cinco obras de Mahi Binebine.

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