Armin Öhri, La musa oscura
Jakub Schikaneder, Asesinato en la casa (1890). |
Unas semanas más tarde, en agosto, se celebra el juicio, en apariencia sencillo, pues se trata de un caso probado. Sin embargo, el acusado, profesor de filosofía, dirige su propia defensa y mediante la aplicación de la lógica y de la ley, consigue invalidar las pruebas del crimen e, incluso, la identificación del cadáver. Sin móvil, sin pruebas y sin cuerpo del delito, no hay delito. Dos meses después del crimen conoceremos el móvil del asesino; tiene una apuesta con un amigo, comisario de policía, que consiste en demostrar cómo se puede cometer el crimen perfecto. A partir de aquí, nos encontraremos con un final con unas cuantas sorpresas.
Sobre esta trama, Armin Öhri (Ruggell, 1978) ha construido una novela, concienzuda y trabajada, absolutamente decimonónica, bajo la que subyace un amplio estudio y conocimiento del Berlín, la historia, la ciencia y la sociedad del siglo XIX y de la que rebosan datos que demuestran ese conocimiento. Pero lo hacen de manera fluida sin resultar culturalista ni pedante. Indaga, pues, Öhri en el camino reciente de la novela criminal ambientada en contextos históricos. En este caso en el siglo XIX como lo hace también Jerónimo Tristante.
Julius Bentheim es el protagonista de La musa oscura. Es un joven estudiante de Derecho que se gana un dinero trabajando para la policía dibujando los escenarios de los crímenes (la fotografía entonces sólo es posible si la luz es abundante). Julius realiza los dibujos de la escena del crimen de Lene y asiste a todas las sesiones del juicio. Acompañado siempre por su divertido amigo Albrecht Krosick, en la parte final de la novela descubre todos los misterios del caso. No falta en la novela el toque romántico; Julius y su amada Filine se quieren pese a al feroz oposición del padre de ella, pastor protestante.
La musa oscura (2012; Impedimenta, 2016) es la única novela de Öhri publicada en España. Es una buena e interesante novela, original en su planteamiento y en su estilo decimonónico - una propuesta distinta dentro del género criminal -, excelente en su ambientación histórica y en sus capítulos iniciales, amena y ágil en su parte más extensa - el juicio, que nos recuerda otros magníficos juicios cinematográficos y teatrales -, y correcta en su resolución rápida, intelectual y sorprendente. Nos deja a la expectativa de los futuros casos de Julius Bentheim, ambientados en una época en la que los cuerpos de policía, la criminología y la medicina forense estaban en mantillas.
- Los libros pueden ser peligrosos, Albrecht. Le pueden llevar a uno a hacer las cosas más horribles. ¿Recuerdas las lecturas de Bissing de estos últimos días y semanas? Poe, Hugo, Dumas. Todos escribieron sobre personas enterradas o emparedadas en vida.
- No pensarás que...
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