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Daniel Katz, Mi abuelo llegó esquiando

En realidad fue el bisabuelo quien llegó esquiando - y escapando -, desde Siberia - donde cumplía condena por contrabandista -, a casa de su hijo, el abuelo Benno, en Helsinki. Eso fue a principios del siglo XX, cuando Finlandia formaba parte de la Rusia zarista y Benno fue llamado a filas para luchar contra Japón a pesar de su estatura. La de Benno es una familia rusa de origen judío que se estableció en Finlandia; se casó con la abuela Wera, personaje tan impagable como Benno, judía finlandesa que se enamoró de él por una fotografía. Con un peculiar sentido del humor - humor nórdico debe ser porque recuerda al de las novelas de Jonas Jonasson - el narrador de Mi abuelo llegó esquinado (1969; Libros del Asteroide, 2011) nos relata las peripecias de su historia familiar, marcada por las guerras del siglo XX; la de Rusia y Japón al inicio del siglo y la primera y la segunda guerras mundiales. Y atravesada por la historia de Finlandia, parte de Suecia hasta que se incorporó al imperio zarista e independiente desde 1917 tras la revolución soviética.
Los dieciséis relatos que conforman el libro se estructuran en tres partes; el abuelo Benno, con su peculiar constitución física y su ingenio, es el gran protagonista de la primera. En la segunda la acción transcurre en los años de la Segunda Guerra Mundial, cuando Arje, el hijo de Benno, se encuentra en la paradójica situación de ser un soldado finlandés - judío, de padre ruso - que lucha junto al ejército alemán contra el soviético mientras teme que se descubra que su familia es judía y prepara la huída de sus viejos padres, su mujer y sus hijos - el narrador - a Suecia comprando el petróleo necesario para el viaje a soldados alemanes que visitan la casa familiar. La tercera parte, dispersa y menos interesante, se centra en recuerdos y reflexiones del narrador, como la divertida disputa entre la ortodoxia judía y las circunstancias bélicas que llevó a celebrar la circuncisión de su hermano mientras las bombas hacían temblar los edificios y las manos del oficiante.
Se trata quizá, en el fondo, de un relato triste de guerras, judíos errantes y países fríos, pero contada de manera divertida y llena de personajes inevitablemente simpáticos. Y que nos deja un repaso de la historia de la primera mitad del siglo veinte y un catálogo etnográfico de pueblos de Europa y de Asia cuya existencia siempre habíamos ignorado (calmucos, ingrios, cherquesos, tréveros, nervios, senones, vogulos, maris, komis, carelianos...).
Daniel Katz, como el narrador de esta novela, es judío y nacido en Helsinki en 1938. Mi abuelo llegó esquiando es su única obra publicada en España.

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