Peter Cameron, Aquella tarde dorada
Marco Ortolan, Dos góndolas. |
El amor y las relaciones humanas hacen el resto. Pero, como también pasaba en Coral Glynn, el resto no debe revelarse aquí. La acción de Aquella tarde dorada (2002; Libros del Asteroide, 2015) se construye, como es habitual en Cameron, sobre los diálogos de sus un tanto peculiares y simpáticos personajes y con un estilo de narración ágil, lectura dinámica y presencia siempre de ironía y fino humor.
Si en Los extraños, de Vicente Valero, o La Oculta, de Héctor Abad Faciolince, se nos plantea la obligación moral de escribir sobre nuestros familiares y antepasados para mantener viva su memoria, como homenaje justo que merecen, en Aquella tarde dorada se nos plantea si escribir sobre alguien - una biografía, por ejemplo - no es otra cosa que invadir y publicar, sin ningún derecho, su intimidad y la de quienes han convivido con él. Puede que alguien haya hecho en la vida méritos para merecer que se escriba una biografía sobre él; pero ¿es justo que, como consecuencia, se viole su intimidad, se desvelen viejos secretos suyos, de sus familiares, de sus amigos?
La editorial El Andén ya publicó esta novela con el título La ciudad de tu destino final - que traduce el original - en 2008. En 2009 fue llevada al cine por James Ivory. Aunque anterior a Algún día este dolor te será útil y a Coral Glynn, Aquella tarde dorada es la tercera novela de Peter Cameron que nos presenta Libros del Asteroide, y, con ella alcanza el número 150 en el mismo momento en que se celebra el décimo aniversario de la editorial. Asteroide es algo de lo más importante y significativo que ha ocurrido en esta década en el mundo editorial español y la conmemoración buen momento para reconocer, y agradecer, el sabio trabajo de Luis Solano.
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