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Peter Cameron, Aquella tarde dorada

Marco Ortolan, Dos góndolas.
Omar, de origen iraní, es estudiante de doctorado de la Universidad de Kansas y ha conseguido una beca para escribir y publicar una biografía de Jules Gund, un escritor judío cuya familia, huyendo del nazismo, se instaló en Uruguay, autor de una sola novela, La góndola, - aunque de gran repercusión internacional -. Pero Omar puede perder la beca porque los albaceas de Gund - su viuda, su amante y su hermano - no le autorizan a escribir la biografía. Omar, pusilánime, inseguro y buena persona, espoleado por su novia que se pasa la vida haciéndole reproches - si te lo digo es porque te quiero -, viaja hasta la perdida finca en el campo uruguayo donde viven Caroline, la viuda, Arden, la amante y su hija Portia, Adam, el hermano de Jules, y su joven amante Pete. A pesar de su inesperada aparición, es bien acogido y, con su empatía, se gana el afecto de los Gund, con quienes mantiene interesantes y fructíferas conversaciones. Por desgracia, poco después de su llegada, Omar sufre un accidente y queda en coma. Esto provoca que Deirdre, su novia, se presente también en Ocho Ríos, la finca de los Gund. Su antipático carácter provoca en sus anfitriones una reacción hostil. Omar recupera su salud y, con ella, una personalidad más fuerte que le lleva a enfrentarse a su novia (que ahora nos resultará un poco más humana; antes parecía una arpía amargada porque a pesar de ser perfecta debe dedicar su vida a corregir redacciones escolares).
El amor y las relaciones humanas hacen el resto. Pero, como también pasaba en Coral Glynn, el resto no debe revelarse aquí. La acción de Aquella tarde dorada (2002; Libros del Asteroide, 2015) se construye, como es habitual en Cameron, sobre los diálogos de sus un tanto peculiares y simpáticos personajes y con un estilo de narración ágil, lectura dinámica y presencia siempre de ironía y fino humor.
Si en Los extraños, de Vicente Valero, o La Oculta, de Héctor Abad Faciolince, se nos plantea la obligación moral de escribir sobre nuestros familiares y antepasados para mantener viva su memoria, como homenaje justo que merecen, en Aquella tarde dorada se nos plantea si escribir sobre alguien - una biografía, por ejemplo - no es otra cosa que invadir y publicar, sin ningún derecho, su intimidad y la de quienes han convivido con él. Puede que alguien haya hecho en la vida méritos para merecer que se escriba una biografía sobre él; pero ¿es justo que, como consecuencia, se viole su intimidad, se desvelen viejos secretos suyos, de sus familiares, de sus amigos?
La editorial El Andén ya publicó esta novela con el título La ciudad de tu destino final - que traduce el original - en 2008. En 2009 fue llevada al cine por James Ivory. Aunque anterior a Algún día este dolor te será útil y a Coral Glynn, Aquella tarde dorada es la tercera novela de Peter Cameron que nos presenta Libros del Asteroide, y, con ella alcanza el número 150 en el mismo momento en que se celebra el décimo aniversario de la editorial. Asteroide es algo de lo más importante y significativo que ha ocurrido en esta década en el mundo editorial español y la conmemoración buen momento para reconocer, y agradecer, el sabio trabajo de Luis Solano.

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