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F.G. Haghenbeck, Trago amargo

Ava Gardner y Richard Burton en La noche de la iguana (1964).
En 1963 - en Trago amargo se sitúa en septiembre de 1964, con posterioridad al asesinato de Kennedy - John Huston rodó en Puerto Vallarta, entonces no más que una aldea de pescadores, la versión cinematográfica de La noche de la iguana, del dramaturgo Tennessee Williams. En el reparto las más importantes estrellas del momento. Empezando por Richard Burton - en pleno romance con Liz Taylor y acompañado por ella -, Ava Gardner, Deborah Kerr y la joven Sue Lyon tras su reciente éxito en Lolita. La relación entre todos ellos parecía un homenaje a las densas y tensas atmósferas de las obras de Williams. Aquello era un polvorín y Huston decidió repartir revólveres y balas de plata entre los actores.
Hasta ahí los hechos. Aquí aparece Sunny Pascal, de origen mexicano, un detective privado - que sigue los cánones de los detectives californianos marcados por Hammet y Chandler; duro e irónico -, contratado por el productor para evitar incidentes durante el rodaje.
La novela tiene la originalidad de comenzar cada uno de los breves capítulos con la receta de un cóctel, la explicación de su origen y una sugerencia musical para acompañarlo. De paso Sunny se toma alguna copa a vuelta de página. La trama criminal de Trago amargo (2006; Roca 2009) es otro cóctel, un poco de robo, otro poco de chantaje, algunos disparos y algunos muertos por bala de plata... una explicación final que vale para todos pero que no coincide con la verdadera que, por supuesto, Sunny, que narra en primera persona, descubre con perspicacia. ¿Y detrás de todo?; pues que el rodaje de La noche de la iguana no tiene otro objetivo que la compra de las tierras de Puerto Vallarta y crear allí un fructífero negocio turístico.
El desprestigio de la novela criminal como un género subcultural, lejano de la verdadera Literatura - con mayúscula, claro está -, ha llevado a muchos escritores a practicarla como un juego fácil con el que pasar el rato. En otros casos, como un homenaje a un género que admiran. En ambos casos se nota y el resultado huele a falso. Trago amargo no es una novela negra, es un homenaje a la novela negra. En el epílogo - "la última copa" - el propio autor reconoce su admiración con Raymond Chandler y por Paco Ignacio Taibo II y la condición de homenaje a ellos de su novela. Por ello, está llena de tópicos - y bien escrita - pero la trama criminal carece de fuerza. El interés reside en la originalidad narrativa, en la constante presencia de personajes auténticos de Hollywood, en la recreación del ambiente...
Francisco Gerardo Haghenbeck nació en 1965 en Ciudad de México. Es novelista y guionista de cómics. Desde la publicación de Trago amargo en 2009, se han editado en España, a razón de una por año, otras cuatro de sus novelas.

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