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Ahmed Saadawi, Frankenstein en Bagdad

Rafael, San Jorge y el dragón, (c. 1506).
En Bagdad, tras la caída de Sadam Hussein, los coche-bomba explotan a la vuelta de la esquina. Sobrevivir o no depende de que te hayas parado a encender un cigarro antes de cruzar la calle o te entretengas en saludar a tu vecino. Y no es sólo morir, es que tu cuerpo puede desmembrarse en infinidad de pedazos imposibles de reunir para que puedas acabar completo en un ataúd. Incluso para tu alma puede ser problemático identificar tu cuerpo y acompañarlo.
En esta ciudad - en el céntrico e histórico barrio de Batauín - que, tras la guerra, vive sumida en la violencia entre facciones, en la muerte y en el azar, conviven una anciana - que habla con un cuadro de San Jorge - convencida de que algún día regresará a casa su hijo (fallecido en la guerra con Irán de los años ochenta), un vecino que todo lo observa desde su balcón, el dueño de un café, el de un hotel decadente, un chamarilero charlatán, un especulador inmobiliario que sabe que nada le conviene más que la inestabilidad, un joven periodista que aspirar a prosperar en su profesión, un coronel, de esos que tiene la habilidad de estar siempre del lado de quien gobierna en cada momento, que dirige una oficina de inteligencia en la que, a modo de investigadores, trabajan adivinadores de todo tipo, el alma de un joven asesinado por un coche-bomba...
Cuando en uno de esos atentados cotidianos muere el amigo de uno de estos personajes y éste acude a hacerse cargo del cadáver para darle sepultura, ante la imposibilidad de reconocer el cuerpo desmembrado, el médico le sugiere que puede llevarse los fragmentos humanos que desee. Así, al objeto de enterrar un cuerpo humano completo, tiene la idea de formar uno cosiendo partes de distintos cadáveres. Lo que ocurrirá es que el cuerpo así formado cobrará vida y se dedicará a matar a aquellos que causaron la muerte de cada una de sus partes en un intento de hacer justicia. De una  u otra manera, todos los personajes de la novela, participarán en la búsqueda de este Frankenstein.
Frankenstein en Bagdad (2013; Libros del Asteroide, 2019) es un relato satírico cargado de humor negro, cargado de personajes, que aunque viven sin saber si seguirán vivos una hora más tarde, nos resultan alegres y simpáticos, cargado de simbolismo, metáfora y alegoría sobre la vida en Irak tras la guerra de 2003 y, en realidad también, sobre la condición humana. Es indudable que buena parte de los matices de esa alegoría sobre ese Irak en la inestabilidad absoluta se nos escapan, sólo están al alcance de quienes los han vivido. Como Ahmed Saadawi (Bagdad, 1973), que, además de vivirlo, nos lo ha contado en una novela divertida que recoge el aroma fantástico de la literatura oriental.

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