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Jo Nesbø, Cucarachas

Un año después de su buen trabajo en Australia - El murciélago - Harry Hole es enviado a Tailandia más que para esclarecer el asesinato del embajador noruego para que su investigación tape un posible escándalo que pudiera salpicar al primer ministro (amigo de toda la vida del embajador).
Cucarachas (1998; Penguin Random House, 2015) mantiene las líneas marcadas por la novela anterior; Hole sigue inmerso en el alcohol, sabemos ahora que su hermana sufre síndrome de Down y fue engañada y violada por un hombre, Hole en su trabajo, sin embargo, es concienzudo e incorruptible, le acompaña en su desvelo por descubrir la verdad una peculiar inspectora local, se enfrenta a todos y a todo... Estamos mucho más cerca de una trepidante película de acción y violencia norteamericana que de una novela negra escandinava.
En cuanto a la investigación, Cucarachas nos enfrenta al problema del turismo pedófilo en Tailandia. Hole se saca algún as de la manga, al mejor estilo de los detectives de la novela policiaca clásica, y cabe reprochar a la construcción de la novela algún sinsentido como que Hole reciba un par de llamadas de un personaje que, se supone, está detenido en esos momentos.
Paco Camarasa, recientemente fallecido, escribe en Sangre en los estantes (2016):

Anik Lapointe, la editora de RBA, decidió no publicar las dos primeras de Harry Hole, las que pasan en Australia y en Tailandia. Después, cuando ya estaba en la operación de mercadotecnia masiva del grupo Random, se demostró que era un buen criterio, que no eran buenas. Como en el caso de Ian Rankin. ¿Qué hubiera pasado si leemos de inicio El murciélago y Cucarachas? Que no se hubiera puesto en marcha el boca oreja. Yo no lo hubiera seguido leyendo y no estaría escribiendo esto.

Así que quedamos pendientes de ocuparnos de Petirrojo, la tercera de la serie, la primera que publicó RBA en 2008.

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