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Jonas Jonasson, La analfabeta que era un genio de los números

El abuelo que saltó por la ventana y se largó resultó un éxito de tal calibre y una novela tan divertida que resulta inevitable acercarse a La analfabeta que era un genio de los números (2012; Salamandra 2013) con el prejuicio de que necesariamente será peor y más de lo mismo.
Efectivamente, La analfabeta... repite el esquema y el humor de El abuelo..., pero lo hace sin decepcionarnos aunque siendo, claramente, una novela  peor que El abuelo...
Nombeko, la protagonista es una chica nacida en Soweto en 1961, en los peores momentos del apartheid. Mantiene a su madre alcohólica con su trabajo; recoge excrementos de las letrinas. Su natural y sorprendente capacidad para realizar cálculos matemáticos y, claro está, las increíbles casualidades que ocurren en las novelas de Jonas Jonasson (Väjxö, 1961) harán que acabe llegando a Suecia en 1987 acompañada por una bomba atómica inexistente - pero real -. Pasará los siguientes veinte años intentando deshacerse de la bomba en compañía de Holger, un hombre inteligente que no existe oficialmente, su tonto hermano gemelo - que si existe - empeñado en la labor, heredada del padre, de acabar con la monarquía sueca, y la novia de éste, una alocada antisistema. Como secundarios; políticos reales como el presidente sudafricano, el de China, el primer ministro y el rey de Suecia...
La novela no defrauda porque consigue lo que pretende; hacernos pasar un buen rato sonriendo ante las disparatadas aventuras de la simpática Nombeko. Y no defrauda porque, como podría sospecharse, queda lejos de los valores literarios y humorísticos, de la carcajada continua, de El abuelo... Carece del factor sorpresa con el que nos llegó la primera y su trama es más floja. No obstante, el estilo de Jonasson permite que sigamos con una sonrisa los avatares de la vida de Nombeko mientras - seguramente es su mejor acierto - hace un repaso irónico y divertido de los más significativos acontecimientos de la política internacional, y sus contradicciones, del último medio siglo.
Jonas Jonasson busca aprovechar el filón de El abuelo... y hacer caja. Cierto; lo deja claro desde el mismo título y lo hace honestamente pues no pretende engañar a nadie y se vale de un estilo original propio. Mucha gente en la vida intenta hacer caja; nada hay que reprochar a Jonasson que aprovecha el tirón de su original primera novela y lo hace con otra suficientemente digna. La analfabeta que era un genio de los números es, pues, una novela para leer sin otra intención que evadirse de los problemas cotidianos y pasar un buen rato leyéndola sin buscar pretensiones literarias más profundas. Hay momentos para todo y novelas para cada momento.

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