Pierre Lemaitre, Vestido de novia
Fotografía de Gail Albert Halaban. |
Lo normal en un thriller es que la tensión y el suspense se vayan incrementando a medida que el relato avanza alcanzando al final el momento de máxima intriga. Sin dejar de ser una novela entretenida, no sucede así en Vestido de novia, que tras un magnífico inicio, acumula tal cantidad de giros y sorpresas que el lector acaba extenuado. Lo propio del género es dosificar los giros de manera que lleguen en momentos inesperados y pillen al lector con la guardia baja y la sorpresa y el suspense le dejen noqueado durante un buen número de páginas que devorará ansiosamente e, incluso, muerto de miedo. En Vestido de novia el suspense se derrocha con tal generosidad que ninguna nueva noticia conmociona al lector, quien - no por ello se aburre - disfruta en todo caso de una novela que se lee bien, pero que resulta fallida pues la inverosimilitud (la hay cuando cada página contiene una sorpresa) es incompatible con la novela criminal como el agua con el aceite. Vestido de novia, pues, es una novela con un excelente comienzo que decae en un relato eficaz, en tanto que entretiene, pero torpe, en tanto que pretendiendo ser un relato de intriga mata la intriga con una sobredosis de casualidades y tirabuzones que el lector espera prevenido sabedor de que cada párrafo esconde una curva. Lejos de los maestros norteamericanos y escandinavos.
Vestido de novia, publicada en Francia en 2009, llegó a España en 2014 a raíz del éxito de Nos vemos allá arriba. Se ha construido a partir de ahí un prestigio publicitario en torno a Pierre Lemaitre que ha llevado a la publicación de otras de sus novelas antes desconocidas en España. Nos vemos allá arriba y Vestido de novia ponen de manifiesto la capacidad, de buen escritor, de Lemaitre para escribir novelas muy diferentes, con estilos diferentes, consiguiendo entretener al lector en ambos casos.
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