Nick Dybek, Bajo el cielo de Greene Harbor
Nick Dybek, estadounidense, es un autor tan novel que resulta imposible conocer sus datos biográficos más elementales; de lo poco que podemos enterarnos es de que es hijo del también escritor Stuart Dybek. Nada aclara la bio que ofrece Salamandra, que no hace sino traducir la de la web de Dybek. No obstante, no resulta difícil imaginarle de una edad semejante a la del protagonista de su novela, es decir, nacido a comienzos de los años setenta.
Su novela, Bajo el cielo de Greene Harbor (2012; Salamandra 2013) es un buen relato, sólido, muy bien construido - a pesar de que no queda aclarado por qué el protagonista rompe su silencio y narra los hechos catorce años más tarde, cuando tiene veintiocho -. Se nota el trabajo de elaboración del novelista cuyo mejor fruto radica en conseguir que el interés del lector aumente a medida que avanza el relato y que el final sea de esos que le deja meditativo con el libro medioabierto entre las manos pensando con tristeza sobre la vida de los personajes.
En la ficticia península de Loyalty Island - perfectamente reconocible como Bainbridge Island, frente a Seatle - toda la comunidad depende de la pesca del cangrejo real. Cada otoño los barcos parten, hasta la primavera, rumbo a las costas de Alaska. En septiembre de 1986 muere John Gaunt, el dueño de la flota, y todos miran con recelo el regreso de Richard, su hijo y heredero. Richard no es "uno de los nuestros"; su padre no le permitió nunca embarcarse y le envió a la unviersidad. Desde entonces su vida ha sido siempre una huida a ninguna parte para acabar volviendo a Green Harbor después de cada viaje. Suponen todos que Richard querrá vender la empresa y eso será la ruina del pueblo. Los capitanes de los barcos deciden tomar cartas en el asunto para evitarlo. Uno de ellos es el padre de Cal, el narrador.
Los padres de Cal se casaron tras una breve relación cuando ella se quedó embarazada. Entonces ella abandonó su soleada California natal y su trabajo de maestra para trasladarse a la grisácea y lluviosa isla. El padre pasa medio año embarcado y la vida resulta bastante deprimente para ella en Washington. Al cabo de catorce años, la relación matrimonial está bastante deteriorada. A la muerte de John se sucederán acontecimientos - que no pueden citarse aquí porque constituyen los misterios fundamentales de la trama - ante los que Cal y su amigo Jamie se verán abocados a difíciles decisiones, más a su edad. La última de esas decisiones es el silencio que Cal guarda durante catorce años.
Una buena novela en la que Dybek mezcla en proporciones adecuadas el crimen, el misterio, los conflictos morales, los protagonistas adolescentes, las citas culturalistas - la música y La isla del Tesoro permanentemente presentes -, el ambiente opresivo de una comunidad cerrada en un lugar de clima frío, un cierto aire de heroicidad de los duros pescadores que trae aromas de Capitanes intrépidos, Moby Dick o El viejo y el mar... La versión de Hollywood no tardará.
Los padres de Cal se casaron tras una breve relación cuando ella se quedó embarazada. Entonces ella abandonó su soleada California natal y su trabajo de maestra para trasladarse a la grisácea y lluviosa isla. El padre pasa medio año embarcado y la vida resulta bastante deprimente para ella en Washington. Al cabo de catorce años, la relación matrimonial está bastante deteriorada. A la muerte de John se sucederán acontecimientos - que no pueden citarse aquí porque constituyen los misterios fundamentales de la trama - ante los que Cal y su amigo Jamie se verán abocados a difíciles decisiones, más a su edad. La última de esas decisiones es el silencio que Cal guarda durante catorce años.
Una buena novela en la que Dybek mezcla en proporciones adecuadas el crimen, el misterio, los conflictos morales, los protagonistas adolescentes, las citas culturalistas - la música y La isla del Tesoro permanentemente presentes -, el ambiente opresivo de una comunidad cerrada en un lugar de clima frío, un cierto aire de heroicidad de los duros pescadores que trae aromas de Capitanes intrépidos, Moby Dick o El viejo y el mar... La versión de Hollywood no tardará.
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