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Bret Easton Ellis, Menos que cero

Casa en Beverly Hills.
Clay tiene dieciocho años y vuelve a casa por Navidad. Viene de la universidad en New Hampshire y su novia, Blair, le recoge en el aeropuerto y le lleva a su casa en Beverly Hills. No hay nadie en casa para recibirle cuando llega. Quizá esta conversación con sus hermanas y su madre ilustre bien sus relaciones familiares:
- ¿Por qué cierras tu puerta con llave, Clay? - vuelve a preguntar una de ellas, no sé cuál.
Sigo sin decir nada. Pienso en agarrar una de las bolsas de MGA o de Camp Beverly Hills o una caja de zapatos de Privilege y tirarla por la ventanilla.
- Mamá, dile que me conteste. ¿Por qué cierras la puerta con llave, Clay?
Me doy la vuelta.
- Porque vosotras dos me robasteis cinco gramos de cocaína la última vez que dejé la puerta abierta. Por eso.
Mis hermanas no dicen nada. De la radio surge "Enfermeras adolescentes en esclavitud" por un grupo que se llama Gatita Asesina, y mi madre pregunta que si tenemos que oír aquello, y nadie dice nada hasta que se termina la canción. Cuando llegamos a casa, mi hermana menor me dice al pasar junto a la piscina:
- Eso es mentira. Puedo conseguirme mi propia cocaína".
Y esta otra con Blair y sus amigas las relaciones entre sus amigos y conocidos:
- Yo creía que quien salía con Warren eras tú - dice Kim a Blair.
Miro a Blair.
- Salía, pero ya no salgo con Warren - dice Blair.
- No salías con él. Follabas- dice Alana.
- Da lo mismo - dice Blair, ojeando la carta y lanzándome una mirada por encima de ésta.
- ¿Te acostaste con Warren? - pregunta Kim a Alana.
- No, no me acosté. - Vuelve a mirar a Blair y luego otra vez a Kim - ¿Y tú?
- No, pero creo que Cliff se acostaba con Warren - dice Kim, confusa durante un momento.
- Tal vez sea verdad, pero yo creía que Cliff se acostaba con Didi Hellman - dice Blair.
- No, eso no es cierto. ¿Quién te la ha dicho? - quiere saber Alana.
Durante un momento me doy cuenta de que yo mismo podría haberme acostado con Didi Hellman. Me doy cuenta asimismo de que también podría haberme acostado con Warren. No digo nada. Probablemente lo sepan ya".
Bastan estos dos diálogos, supongo, para ponernos en situación. La novela es un retrato de los jóvenes millonarios californianos de los años ochenta – hijos de magnates de Hollywood – que, carentes de principios, valores y aspiraciones distintas de ver tumbados en la cama la cadena de vídeos musicales, vivir la fiesta permanente junto a la piscina iluminada de la mansión de cualquiera de ellos, emborracharse, tener siempre a mano a su díler de cabecera con la papelina de coca fresca y de follar con lo primero que se mueva, sea del sexo que sea, pasean de un lado a otro de Los Ángeles en sus descapotables ante la despreocupación de sus padres divorciados – quizá de compras en Londres - y la indiferencia invisible de sus chachas que les hacen el cuarto mientras un desconocido se apea de la cama con el rabo colgando para buscar por el suelo sus calzoncillos sin confundirlos con los del anfitrión. Alguna visita al psiquiatra, algún recuerdo del verano marcado por la muerte de la abuela, alguna snuff movie, la prostitución masculina como medio de pago de las deudas de la droga… “Si uno quiera algo, tiene derecho a cogerlo. Si quieres hacer algo, tienes derecho a hacerlo” dice uno de los personajes y parece la filosofía de estos chicos, aunque a Clay no le parezca bien cuando se trata de divertirse abusando sexualmente de una niña de doce años. Ante ustedes, la Generación X.
Nos habla Menos que cero de la misma juventud que, pocos años más tarde, y de forma más edulcorada, lo hicieron dos series de televisión de éxito mundial; Beverly Hills 90210Sensación de vivir, en España - y Melrose Place. Los personajes y su origen social, la acción y la presencia constante de la droga y el sexo, la falta de valores y la ausencia de intereses, la narración cinematográfica en presente y en primera persona, de Menos que cero recuerdan indiscutiblemente a la magnífica Historias del Kronen que Jose Ángel Mañas escribiera unos años más tarde.
Bret Easton Ellis (Los Ángeles, 1964) escribió Menos que cero, la novela toma su título de una canción de Elvis Costello, con diecinueve años y escandalizó a la sociedad norteamericana con su publicación en 1985. Inició una importante carrera literaria que tiene en American psycho su obra más relevante. Menos que cero fue llevada al cine en 1987; en castellano – misterios de las traducciones – con el título Golpe al sueño americano. La obra de Ellis, desde la primera edición de Menos que cero en Anagrama en 1986, ha sido publicada en España por esa editorial y otros sellos editoriales. En 2010 Mondadori nos trajo Suites imperiales, en la que volvemos a reencontrarnos con los personajes de Menos que cero veinticinco años más tarde.


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