Ivica Djikic, Soñé con elefantes
Matanza de Gospic. Octubre de 1991. |
A finales de los años setenta algunos periodistas españoles, como Jorge Martínez Reverte o Juan Madrid, encontraron en la novela negra la manera de contar lo que sabían pero no podían publicar en sus revistas. Probablemente el periodista Ivica Djikic (Tomislavgrad, Bosnia-Herzegovina, 1977), llega a la novela por el mismo camino.
Así, en Soñé con elefantes (2011; Sajalín, 2013) Djikic se enfrenta a temas espinosos; la relación entre las más importantes instancias del Estado y la mafia y el crimen organizado en Croacia durante la guerra que desmembró Yugoslavia (1991 - 2001), y los crímenes y la "limpieza étnica" ejecutados por Croacia contra la población serbia.
Soñé con elefantes se estructura en diez capítulos y cada uno de ellos en tres apartados. En el primero de estos Bosko Krstanovic relata en primera persona su trabajo como miembro del Servicio de Seguridad Nacional, su colaboración con la fiscalía, su interés por investigar la muerte de Andrija Sucic - su padre secreto -. En la segunda es Sucic quien habla en primera persona y relata su vida desde que formó parte de la guardia personal del Presidente. En la tercera un narrador en tercera persona completa este relato polifónico hablando de los otros personajes de esta historia. La novela se cierra con la muerte y el entierro de "el padre"; el presidente Franjo Tudjman - al que siempre en la novela se nombra como el Presidente, pero nunca por su nombre -.
Importantes funcionarios del Estado comienzan a tratar con criminales en los años finales de la Yugoslavia comunista. Proclamada la independencia de Croacia y durante la guerra esa relación se pone al servicio del nuevo estado croata en un juego, siempre peligroso, de poder e intereses en el que la derrota suele pagarse con la vida. A Sucic lo que le cuesta la suya es haber decidido contar a la prensa lo que sabe.
Si el objetivo de Ivica Djikic es denunciar el entramado de relaciones entre Mafia y Estado, los crímenes de guerra cometidos por criminales profesionales al servicio del gobierno de Tudjman durante la guerra, etc., seguramente la estructura que ha elegido para su novela no sea la más adecuada puesto que crea dificultades de comprensión al lector - que se pierde entre los personajes - hasta que acaba de situarse y el relato resulta más impresionista que explicativo. Una denuncia de ese calibre hubiera requerido un relato menos confuso y más lineal. Si su intención era escribir una novela que resultara tan compleja de comprender como la historia y la realidad yugoslava (baste Djikic como ejemplo; de nacionalidad croata, bosnio de nacimiento, escribe en el periódico de la minoría serbia de Zagreb), entonces lo ha conseguido.
Los elefantes del título, que adquieren un valor metafórico en la novela. son los que se encontraban en una residencia presidencial en una isla croata y que años antes habían sido regalados a Tito por Indira Gandhi (esto no lo explica la novela) y a los que Sucic tomará un muy especial cariño.
Sajalín también ha publicado en 2011 la primera novela de Djikic, Cirkus Columbia (2004).
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