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Tom Perrotta, La señora Fletcher

Que tu hijo crezca, es duro. Que un buen día abandone el hogar para irse a la universidad, es duro. Que ese día tú prepares un emotivo discurso de despedida y comprendas que no es momento porque el chico se levanta resacoso tras la noche de despedida con los amigos, es duro. Que aparezca su exnovia, robándote los últimos minutos con tu niño, y tú decidas irte a dar un vuelta para dejarles un poco de intimidad, es duro. Que vuelvas a casa y escuches a tu hijo, entre jadeos, decirle a la chica "chúpala, zorra", es duro. Que casi no te haga ni caso en cuanto llegáis a la residencia universitaria, es duro. Que prometa llamarte cada día y al tercero ya se olvide, es duro. Quedarte sola en casa, es duro.
Esto le pasa a Eve Fletcher. A su hijo Brendan de la universidad sólo le interesan las juergas y los porritos. No le irá muy bien, a pesar de que pudiéramos esperar lo contrario. Pero hay chicos guapetones y deportistas en la flor de la edad que son unos cretinos, aunque sean nuestros hijos. La señora Fletcher, en cambio, en contra de lo que podemos imaginar al comienzo de la novela, sabe adaptarse a la situación. Y de una manera que nos resultará muy sorprendente. La noche en que deja a su hijo en la universidad recibe en el móvil un mensaje anónimo: "milf" (recordemos; mother I´d like to fuck). Y a partir de ahí, se dedica a ver cada noche porno en el ordenador, mantiene una relación con una compañera de trabajo, se apunta a clases universitarias para adultos - un curso sobre "género y sociedad" - gracias al cual se hace con un grupo variopinto de amigos... Rehace su vida satisfactoriamente, mientras Brendan acabará abandonando la universidad y volviendo a casa.
Todo esto en una novela divertida y actual sobre el síndrome del nido vacío, que nos pone al día en cuestiones de diversidad de género, sobre sexo y porno, sobre redes sociales, sobre la corrección política, sobre la moral en tiempos millenials. El relato, con una prosa fresca y ágil de la que el lector disfruta con una sonrisa, alterna capítulos con un narrador externo, que nos cuanta las peripecias de Eve Fletcher y los demás personajes, con otros narrados en primera persona por Brendan, a través de los cuales asistimos a su fracaso.
Que tu madre y el compañero al que odiabas en el instituto... es duro.
La señora Fletcher (2017; Libros del Asteroide, 2018) - cuyo título parece evocar a la Mrs. Robinson de El graduado -, con adaptación del propio Tom Perrotta (Newark, 1961), ha dado lugar en 2019 a una serie televisiva.

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