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Alejandro M. Gallo, La muerte abrió la leyenda

El comisario Gorgonio Llaneza, cercano a la jubilación, acude a un programa nocturno de Radio Vallekas con el encargo de su jefe de explicar la labor policial, que el Cuerpo está al servicio de los ciudadanos, etc.. Pero la entrevista le llevará a relatar en antena su primer caso.
Llaneza, veintiún años, llega a Castellón, su primer destino, el viernes 12 de mayo de 1972. El comisario le adjudica un asunto, en apariencia, de trámite: un accidente de tráfico destinado a ser archivado por el novato. Sin embargo, Llaneza descubre que el accidente fue causado porque el conductor intentó esquivar las balas que le disparaban desde otro vehículo y que el conductor, que viaja con documentación falsa, es Amado Granell; el oficial al mando de las tropas que liberaron París y llegaron al ayuntamiento de la ciudad el 24 de agosto de 1944.
El general Leclerc encomendó la liberación de París a una sección - La Nueve - de las tropas que comandaba, formada por soldados españoles al mando del teniente Amado Granell. Granell, oficial del ejército republicano fue uno de los españoles que embarcaron hacia Orán en Alicante el 28 de marzo de 1939. Tras luchar en la Legión Extranjera del ejército francés durante la S.G.M., ser condecorado con la Legión de Honor y participar luego en las fallidas negociaciones entre monárquicos y republicanos para llevar a don Juan de Borbón a la Jefatura del Estado, regresó a España en 1952 bajo una falsa identidad. El 12 de mayo de 1972 falleció en un accidente de tráfico en Sueca cuando se dirigía al consulado francés en Valencia para tramitar su pensión como excombatiente.
A partir de estos hechos reales y documentados y de la inclusión como personaje de Justo Amutio, amigo de Granell y gobernador civil de Albacete durante la guerra, Alejandro M. Gallo (Astorga, 1962) se vale de la novela criminal y de un típico protagonista con humor y desparpajo y malhablado, el policía ya de vuelta de todo, para especular con que la muerte de Granell fuera fruto de un conspiración fascista orquestada desde Italia que los jefes de Llaneza, naturalmente, se ocupan de tapar. Una novela entretenida, de fácil lectura, a mayor gloria de Amado Granell, que, de paso, nos recuerda la lucha antifranquista y la actuación brutal de la Brigada Político-Social.
La preocupación por la memoria histórica es una constante en la obra de Gallo y la novela negra un medio eficaz para abordarla.

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