Elizabeth Strout, Me llamo Lucy Barton
Y un día los tiempos cambiaron. La gente se cree que todo el mundo se volvió loco en los años sesenta, pero en realidad no fue hasta los setenta".A mediados de los ochenta, antes de los teléfonos móviles, una mujer de origen humilde, nacida en un pueblecito de Illinois, joven madre, se encuentra hospitalizada en Nueva York - el edificio Chrysler al fondo - sin que los médicos sepan qué le pasa. Un buen día aparece en la habitación su madre, a la que hace años que no ve. Todos los ingredientes melodramáticos para una película de Antena 3; un peligro enorme de caer en un pastelón, una dificultad enorme para escribir una novela digna. Elizabeth Strout ha conseguido que Me llamo Lucy Barton (2016) sea una novela no sólo digna sino brillante. Que además se lee sola. De esas que te deja pensativo al pasar su última página.
Lucy Barton, escritora de éxito, recuerda ahora aquellas semanas que pasó hospitalizada, recién aparecido el sida, y lo aprovecha para, a partir de las charlas y los silencios que mantuvo durante cinco días con su madre (apareció en el hospital tan súbitamente como se fue), repasar toda su vida, que quedó indudablemente marcada por una infancia de extrema pobreza en una familia en la que - nunca se nombra pero queda suficiente (y delicadamente) insinuado - pasaba algo más perturbador que la pobreza. Lucy, para no pasar frío, se quedaba en la escuela a hacer los deberes y aprendió así que el trabajo se saca adelante trabajando y se acercó así a los libros, que la alejaban de la soledad - y de su casa -, y pudo así obtener excelentes calificaciones y, gracias a una beca, ir a la universidad. De esta manera, dejó atrás a su familia, se casó, se instaló en Nueva York, tuvo dos hijas...
Elizabeth Strout nos narra la vida de Lucy Barton con un relato - sin trampas - exquisito y delicado, lleno de verdad y sensibilidad, indagando en las relaciones familiares - muchas veces complejas -, en la huella indeleble que deja la infancia, en la vida y sus circunstancias y cómo afrontarla... Y, de paso, indaga también en la autenticidad que debe tener una obra literaria. Me llamo Lucy Barton la tiene; su título lo demuestra pues no es otra cosa que la frase con la que empezar una terapia dispuesto a mirar de frente tu vida y tu pasado. Es una de esas novelas que nos emociona y no olvidaremos. Con personajes tan de carne y hueso como la madre y el médico y la propia Lucy, claro. Lucy Barton es un personaje femenino que enfrenta la dureza de la vida con el mismo valor y dignidad que Coral Glynn o Sophie Wilder. Y que como ellas - y como tantas mujeres - supera las tristezas y las ingratitudes de la vida con amor; amor por su madre, amor por sus hijas, amor por Nueva York...
La obra de Elizabeth Strout (Portland, Maine, 1956) - cinco novelas - se ha publicado en España por distintas editoriales desde hace quince años.
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