miércoles, 29 de julio de 2015

Mary Shelley, Frankenstein

Miguel de Unamuno nos explicó, a su nivolesco modo, Cómo se hace una novela. A lo largo del siglo XX encontramos diversos modelos de experimentación en torno al género (en algunos casos mucho plato y poca chicha). Pero la fórmula "mágica", la esencia de la novela, es simple (como la del cocido o el gazpacho) y la dejó establecida Cervantes - y no sólo y no tanto en el Quijote como en Trabajos de Persiles y Sigismunda y en las Novelas ejemplares -; un personaje tan corriente como el lector que se encuentra en apuros, una fuerza adversa, un misterio que se prolonga a lo largo de toda la trama, unas pocas emociones y algún sentimiento. Un siglo más tarde recurrieron a Cervantes los creadores de la novela inglesa (Defoe, Swift) que pusieron las bases que, desarrolladas luego por románticos y realistas, han hecho de la novela el género literario fundamental de la Edad Contemporánea. Doscientos años después de las novelas cervantinas y cien después de Robinson Crusoe, en 1818, Mary Shelley publica Frankenstein o el moderno Prometeo, que, si bien se mira, tiene, al menos en su planteamiento inicial, bastantes elementos propios de la novela bizantina, y que se convertirá en uno de los principales clásicos de la novela gótica, o de terror.
Tres voces narrativas en primera persona se alternan en el relato de Frankenstein. Se inicia la novela con las cartas que un aventurero inglés, Robert Walton, dispuesto a llegar al Polo Norte en barco, envía a su hermana narrándole los pormenores de su viaje. En la travesía encuentra a un náufrago que perseguía en trineo por los hielos polares a otro hombre que viajaba de igual modo. El náufrago es el doctor Victor Frankenstein y su historia tan increíble como inesperada su aparición en el ártico (personajes nobles necesitados de contar sus vidas desasosegadas, aventuras marinas, cartas, persecuciones, pasados desconocidos, peligros; novela bizantina como decía antes). El capitán decide tomar notas del relato de Frankenstein que reproduce a su hermana en primera persona. Frankenstein es un joven suizo, perteneciente a una amantísima familia, al que su padre envió a la universidad y allí su descomunal interés por la ciencia le llevó a intentar crear vida humana. Y lo logró. Creó un ser humano de aspecto monstruoso del que reniega nada más verlo. El monstruo huye. Luego Frankenstein le persigue porque considera al monstruo culpable de unos crímenes atroces que se han producido. Se encuentran y mantienen una conversación; Frankenstein introduce en su relato las palabras del monstruo en primera persona; nació predispuesto al bien pero el rechazo de su propio creador y de todas las personas que ha conocido le han inducido al mal. El monstruo promete la paz si Frankenstein crea una mujer que le haga compañía. Víctor en un principio acepta, pero luego se retracta y continúa la lucha entre creador y monstruo hasta el insólito encuentro con el capitán Walton en el Polo Norte.
Tres voces narrativas en primera persona que se insertan una en otro como muñecas rusas, pero que mantienen un mismo tono y estilo - no se distingue una de otra - y una tendencia verborreica a pesar de la cual la lectura es ágil porque Mary Shelley consigue que se mantenga siempre el interés del lector por conocer lo que todavía no conoce. Una novela plenamente romántica (personajes atormentados envueltos en misterio, portadores de un pasado que nadie conoce y de ánimo cambiante, muertes y desgracias tremendas, sentimientos apasionados, exaltados y exagerados, escenarios naturales agrestes, fechas pasadas indefinidas). Una novela que, seguramente no fue esa su intención - fue escrita como consecuencia de una especie de apuesta entre escritores -, en el mundo de hoy y ante los avances científicos de hoy nos plantea algunas interesantes cuestiones éticas sobre la investigación científica. En realidad, podemos entender Frankenstein como un relato precursor de la ciencia-ficción.
De su éxito son prueba las muchas versiones cinematográficas que han recreado la novela y que han configurado el imaginario colectivo sobre el monstruo de Frankenstein mucho más que el relato de Shelley.
El interés por Mary Shelley (Londres, 1797 - 1851) ha crecido en las últimas décadas, como prueba el hecho de que son innumerables las ediciones de Frankenstein (resulta interesante que la más antigua de sus ediciones españolas sea de 1944; es decir, la recepción de este clásico de la novela romántica es posterior a su éxito cinematográfico - la versión de 1931; en la imagen de esta entrada -), sin embargo hay que esperar a los años noventa para encontrar la primera publicación en España de alguna otra de sus obras.
La primera versión cinematográfica, de 1910, de Frankenstein:

martes, 21 de julio de 2015

Peter Cameron, Aquella tarde dorada

Marco Ortolan, Dos góndolas.
Omar, de origen iraní, es estudiante de doctorado de la Universidad de Kansas y ha conseguido una beca para escribir y publicar una biografía de Jules Gund, un escritor judío cuya familia, huyendo del nazismo, se instaló en Uruguay, autor de una sola novela, La góndola, - aunque de gran repercusión internacional -. Pero Omar puede perder la beca porque los albaceas de Gund - su viuda, su amante y su hermano - no le autorizan a escribir la biografía. Omar, pusilánime, inseguro y buena persona, espoleado por su novia que se pasa la vida haciéndole reproches - si te lo digo es porque te quiero -, viaja hasta la perdida finca en el campo uruguayo donde viven Caroline, la viuda, Arden, la amante y su hija Portia, Adam, el hermano de Jules, y su joven amante Pete. A pesar de su inesperada aparición, es bien acogido y, con su empatía, se gana el afecto de los Gund, con quienes mantiene interesantes y fructíferas conversaciones. Por desgracia, poco después de su llegada, Omar sufre un accidente y queda en coma. Esto provoca que Deirdre, su novia, se presente también en Ocho Ríos, la finca de los Gund. Su antipático carácter provoca en sus anfitriones una reacción hostil. Omar recupera su salud y, con ella, una personalidad más fuerte que le lleva a enfrentarse a su novia (que ahora nos resultará un poco más humana; antes parecía una arpía amargada porque a pesar de ser perfecta debe dedicar su vida a corregir redacciones escolares).
El amor y las relaciones humanas hacen el resto. Pero, como también pasaba en Coral Glynn, el resto no debe revelarse aquí. La acción de Aquella tarde dorada (2002; Libros del Asteroide, 2015) se construye, como es habitual en Cameron, sobre los diálogos de sus un tanto peculiares y simpáticos personajes y con un estilo de narración ágil, lectura dinámica y presencia siempre de ironía y fino humor.
Si en Los extraños, de Vicente Valero, o La Oculta, de Héctor Abad Faciolince, se nos plantea la obligación moral de escribir sobre nuestros familiares y antepasados para mantener viva su memoria, como homenaje justo que merecen, en Aquella tarde dorada se nos plantea si escribir sobre alguien - una biografía, por ejemplo - no es otra cosa que invadir y publicar, sin ningún derecho, su intimidad y la de quienes han convivido con él. Puede que alguien haya hecho en la vida méritos para merecer que se escriba una biografía sobre él; pero ¿es justo que, como consecuencia, se viole su intimidad, se desvelen viejos secretos suyos, de sus familiares, de sus amigos?
La editorial El Andén ya publicó esta novela con el título La ciudad de tu destino final - que traduce el original - en 2008. En 2009 fue llevada al cine por James Ivory. Aunque anterior a Algún día este dolor te será útil y a Coral Glynn, Aquella tarde dorada es la tercera novela de Peter Cameron que nos presenta Libros del Asteroide, y, con ella alcanza el número 150 en el mismo momento en que se celebra el décimo aniversario de la editorial. Asteroide es algo de lo más importante y significativo que ha ocurrido en esta década en el mundo editorial español y la conmemoración buen momento para reconocer, y agradecer, el sabio trabajo de Luis Solano.

lunes, 13 de julio de 2015

Héctor Abad Faciolince, La Oculta

La Oculta - su lago en la foto - es una finca realmente existente en el municipio de Jericó, en el departamento colombiano de Antioquia. La Oculta (Alfaguara, 2014) es una hermosa novela de Héctor Abad Faciolince (Medellín, 1958) que, mediante la ficticia historia de esa finca - aunque parece evidente el poso de vivencia personal de esta ficción -, nos habla del amor y el respeto a la familia, a las raíces y a la tierra de los antepasados. La tierra; un tema constante en la historia de la novela hispanoamericana.
En La Oculta se entrelazan tres voces narrativas; las de tres hermanos, Pilar, Eva y Antonio. A través de estas voces, se entrecruzan en el relato de La Oculta tres historias; la del presente tras la muerte, a los ochenta y nueve años, de su mamá Ana, que ejercía su lógico papel de aglutinadora de la familia, y ante la amenaza de la especulación inmobiliaria, la del pasado próximo, el de hace unas décadas cuando las vidas de los antioqueños estaban marcadas por la amenaza de la guerrilla y de los paramilitares, y la del pasado lejano, el del siglo XIX y la primera mitad del XX cuando familias de colonos llegaron y poblaron las regiones escarpadas y montañosas del suroeste de Antioquia fundando localidades como Jericó con la ilusión de una vida mejor para sus hijos.
Pilar, la mayor de los hermanos, es una mujer responsable y práctica, de ideas conservadoras, que dejó el bachillerato para casarse, vírgenes los dos, con el único hombre que ha conocido en su vida. Ha tenido los cinco hijos que Dios le ha dado; al mayor de ellos le secuestró la guerrilla cuando apenas tenía diecisiete años. Eva, menos de dos años más joven, sin embargo es una mujer moderna, fruto de la liberación feminista del siglo XX, ha conocido a varios hombres y se ha casado tres veces. Una noche, en La Oculta, estuvo a punto de morir a manos de los paramilitares. Antonio, unos diez años más joven, es homosexual, vive con su marido en Nueva York, ha dedicado buena parte de su vida a recoger datos e información sobre todos los antepasados de la familia y sobre la historia de la finca porque entiende una obligación moral - no de él sino de todos - mantener vivo el recuerdo de nuestros abuelos, la historia de nuestra familia.
A Héctor Abad Faciolince le conocimos con El olvido que seremos (2006), ese libro inolvidable - e imprescindible - que homenajea y recuerda la figura de su padre, insigne médico y defensor de los derechos humanos que fue asesinado por los paramilitares el 25 de agosto de 1987 cuando era precandidato a la alcaldía de Medellín. La Oculta, siendo ficción, consigue resultarnos igual de honda y conmovedora y lo consigue porque sus personajes son tan humanos como si fueran reales, porque cuanto se cuenta en ella está lleno de vida y de verdad. Nos habla de las verdades más simples y a la vez profundas de la vida; del amor - de pareja, paterno, filial -, de las relaciones entre familiares, de las personalidades dispares de quienes son hermanos, del respeto al legado de los antepasados, de las discrepantes visiones de los mayores y de los más jóvenes, de las herencias y sus repartos, de los secretos que toda familia guarda, de la prosperidad y la decadencia, de la muerte, de la importancia del mérito y el esfuerzo y de la bondad y de la maldad pero también de la suerte y la casualidad.
El carácter conmovedor y emotivo de la lectura se debe no sólo a la construcción de sus personajes y al tratamiento de sus temas, sino también al estilo y el lenguaje cuidado y exquisito de Abad Faciolince, a la cuidada estructura de la novela que nos guarda tristes sorpresas finales. Es indudable, porque es sutilmente manifiesto, que Héctor Abad Faciolince es persona honesta y sensible que escribe con absoluto mimo y este mimo quizá lo explican estas palabras suyas a propósito de Carta a una sombra (2015), película documental basada en El olvido que seremos;

Creo que el único motivo por el que he sido capaz de seguir escribiendo todos estos años es porque sé que mi papá hubiera gozado más que nadie al leer todas estas páginas mías que no alcanzó a leer. Es una de las paradojas más tristes de mi vida: casi todo lo que he escrito lo he escrito para alguien que no puede leerme, y esto no es otra cosa que la carta a una sombra.

La Oculta es una lectura tan recomendable como hermosa y también es parte de esa carta, por eso merece la pena dejar aquí el tráiler de la película e invitaros también a leer El olvido que seremos, si todavía no lo habéis hecho. Héctor Abad Faciolince es uno de los más importantes narradores de nuestra lengua en el siglo XXI.

domingo, 5 de julio de 2015

Don Winslow, Salvajes

De cien años a esta parte, el sur de California, y Baja, constituyen un escenario fundamental de la novela y el cine. Un decorado idílico, soleado y glamuroso que, en muchas ocasiones, oculta una turbia realidad en la que la droga, el dinero y el sexo están siempre presentes. Es así desde el mismo nacimiento de la novela negra. Y aquí ya hemos pasado por él en varias novelas del género y en otras que no lo son; Little boy blue, Trago amargo, Menos que cero... Don Winslow nos devuelve a ese panorama en Salvajes (2010, Martínez Roca, 2011), una novela narrada con un estilo conversacional y sin concesiones, con un lenguaje duro y apelaciones al lector. Una novela que demuestra el conocimiento de su autor del mundo de la droga y el narcotráfico y de la lucha contra él de Estados Unidos en México.
Ben y Chon son dos amigos de caracteres contrarios pero complementarios, lo que les ha permitido montar un lucrativo negocio; el cultivo y venta de la mejor marihuana de California, aseguran la calidad, son generosos con sus traficantes y tienen a su servicio a los funcionarios adecuados para que el negocio funcione sin problemas. Ophelia es una chica pija que dedica la vida a pasarlo bien e intentar alejarse del continuo cambio de novio y de aficiones de su madre. Ophelia hace el amor con Ben y folla con Chon - recordemos sus diferentes personalidades - y los tres forman un buen trío de amigos.
La lucha contra el narcotráfico y la lucha entre los cárteles mexicanos llevan al cártel de Baja a tomar la decisión de extenderse al otro lado de la frontera y establecerse en California. De manera que hacen saber a Ben y Chon su decisión de quedarse con su negocio. Ellos deciden ceder y abandonar el negocio; pero no basta, los mexicanos quieren que Ben y Chon mantengan el negocio trabajando para ellos, A eso no están dispuestos y entonces comienza la guerra. Salvaje. Una auténtica guerra salvaje entre narcos que avanza en una espiral de violencia y sangre que siembra muertos por todas partes.
El resultado del estilo y de la acción, es, claro, una lectura dinámica y trepidante.
Don Winslow (Nueva York, 1953) es autor de varias novelas de las que, seguramente, El poder del perro es la más reconocida. Salvajes fue llevada al cine por Oliver Stone en 2012.
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