sábado, 25 de abril de 2020

Jo Nesbø, Petirrojo

Voluntarios noruegos de las Waffen SS en el frente oriental.
La tercera entrega de la serie de Harry Hole, Petirrojo (2000), fue la primera que se publicó en España, por RBA y y también por Círculo de Lectores en 2009.
En esta ocasión Hole se encuentra en Oslo y se va enfrentar a varios asesinatos - alguno doloroso para él -. La resolución del caso le llevará a investigar en torno a algunos ancianos, que, sesenta años antes, combatieron en el frente de Leningrado como miembros de las Waffen SS.
Frente a Hole, los lectores tendremos el privilegio de conocer mejor a estos viejos nazis pues en los distintos capítulos de la novela nos moveremos entre el tiempo en el que lucharon en la guerra y el tiempo actual en el que Hole investiga. Indirectamente, la novela nos enfrentará a cómo, tras la victoria aliada, personas de ideología nazi consiguieron permanecer invisibles en las esferas de poder social y gubernamental y cómo, hoy, siguen ahí. Y a los movimientos neonazis actuales.
Paralelamente, Hole se va a enamorar de una atractiva mujer y algunos de los hilos y crímenes quedarán sin resolver. Por lo que quedamos los lectores con la expectación de ver cómo evolucionan en las siguientes entregas tanto las relaciones de Hole como el descubrimiento de lo que ahora ha quedado oculto. Esta novela, más interesante, mejor, que las dos primeras de la serie, tampoco acaba de despegar con la fuerza de las de otros policías nórdicos que conocemos y seguimos. Veremos.

viernes, 17 de abril de 2020

Jérôme Ferrari, A su imagen

Conferencia de prensa del FLNC.
A su imagen (2018; Libros del Asteroide, 2020) es una novela de gran valor. Mucho más compleja y rica de lo que pudiera parecer, de inteligente construcción, con personajes que nos conmueven, plena de verdad humana.
Una novela cuyo valor se multiplica gracias a su estructura externa, que comprime los recuerdos y las historias de una treintena de años en los menos de sesenta minutos que dura una misa. Antonia, de treinta y ocho años, muere en 2003 en un accidente de tráfico. Es fotógrafa y, durante un tiempo ejerció su oficio en la guerra de Yugoslavia. Su tío y padrino, diecisiete años mayor, al que una súbita "llamada", cuando Antonia era una niña, le llevó al sacerdocio, ejercerá el funeral en su pequeño pueblo de Córcega. Y aquí el gran acierto de Jérôme Ferrari (París, 1968): cada uno de los capítulos de la novela encuentra un doble marco, cada uno de los distintos momentos litúrgicos de la misa y una fotografía. El marco fotográfico sitúa el contenido de lo que va a narrar cada capítulo. El marco temporal de la misa convierte en poco más de media hora el tiempo interno del relato de manera, que, por mucho que la historia se extienda a lo largo de varias décadas, ante el lector se presenta acelerada en un tiempo que dura minutos y consigue con ello que le conmueva o le invite a reflexionar. El tiempo aparece así condensado y, por ello, más intenso. Es el gran acierto de Ferrari.
Los distintos capítulos nos hablan de Antonia, de su familia, de su padrino, el sacerdote, - que le regaló su primera cámara cuando cumplió catorce años -, de los jóvenes que crecieron con Antonia, de la vida del pueblo, del movimiento de liberación nacional corso, de la guerra de Yugoslavia, del reporterismo de guerra, de algunos de los primeros fotógrafos de guerra del siglo XX, del valor de la fotografía, de la muerte, del amor, de los secretos de cada cual... y de las distintas relaciones entre estos personajes y estos asuntos. De manera que son muchos las cuestiones que nos pueden llevar a emocionarnos y a reflexionar. Algunas más universales, las relaciones familiares, las preocupaciones de los padres, los deseos de independencia de los hijos, las ilusiones personales, el amor y sus tiranías, el dolor ante la muerte y lo irreparable... Otras más generales, la guerra de los Balcanes - las guerras -, los movimientos nacionalistas, el periodismo y su sentido, la relación entre la fotografía y la realidad, entre la fotografía y la vida y la muerte... Otras más particulares de esta novela, cómo se vive en una pequeña sociedad donde todos se conocen y muchos forman parte de un movimiento terrorista, cómo se lleva siendo la novia de uno de esos terroristas, cómo se acostumbra uno a enterrar a casi todos los jóvenes que ha visto crecer...
A su imagen es una novela de apenas doscientas páginas que nos ofrece múltiples lecturas y reflexiones, una novela que nos enriquece, una lectura que merece la pena.

jueves, 9 de abril de 2020

Fredrika Bremer, Los vecinos

Hans Gude, Paisaje del parque con figuras (1856).
Los vecinos (1837; Alba, 2019) es una novela romántica "de libro", nunca mejor dicho. Una gran novela, excelente y sabiamente construida, de seiscientas páginas. Se trata de una novela epistolar, tan del gusto de la época, en la que la autora se cuela hábilmente para, entre las cartas de su protagonistas, incluir algunas dirigidas al lector por una desconocida que vienen a completar la información que, por su falta de omnisciencia, las cartas de Fransiska no pueden darnos.
Fransiska es una joven de veintisiete años recién casada con un médico que le saca veinte años y al que ha conocido apenas seis meses antes de casarse. Él, Lars Ander Werner, resultará un hombre bueno, juicioso, culto... Pronto conoceremos a ma chère mère, la madrastra de Werner, una mujer de carácter. Es el verano de 183... (podemos concluir por las referencias internas del relato que se trata de 1836). En un principio parece que la novela va a abordar el tema de las jóvenes casadas con hombres mayores y de la relación de Fransiska con su suegra, que imaginamos conflictiva. Al revés, se llevarán estupendamente. El libro primero de la novela se ocupará de presentarnos a la familia Werner y a los distintos vecinos de su finca. Entre ellos empiezan a aparecer misteriosas noticias sobre un nuevo vecino que está al llegar. Descubriremos que se trata de un treintañero de voluble carácter, apasionado, generoso y cruel, admirable y odioso, colérico y magnánimo... vamos, el típico héroe romántico. Y no desvelamos misterios al lector al decir que se trata de Bruno, el hijo de ma chère meré, que abandonó el hogar hace diecisiete años tras enfrentarse a su madre. El libro segundo de la novela se centrará en el intento de Bruno de recuperar el amor de su madre y también el de la joven de la que se enamoró siendo adolescente.
Los vecinos revela la inteligencia de su autora y su dominio de la construcción narrativa. Y es una novela llena de frases que merecerían citarse y de referencias culturales que, afortunadamente, la edición de Alba nos explica a pie de página. Pero es una novela que al lector del siglo XXI le exige tiempo, paciencia y no estar demasiado ocupado. Si lo consigue, podrá disfrutar de una obra que, sin duda, debería gozar del mismo reconocimiento que gozan justamente otras de su tiempo.
Fredrika Bremer, nacida en Abo en 1801 y fallecida en Estocolmo en 1865, fue una de las primeras defensoras suecas de los derechos de la mujer y del voto femenino. La edición de Harper de 1848 de Los vecinos gozó de gran popularidad en Estados Unidos.

miércoles, 1 de abril de 2020

Ron Rash, Un pie en el paraíso

El valle Jocassee.
Jocassee fue una princesa cheroqui que se ahogó, sin que se pudiera encontrar su cuerpo, en el valle al que da nombre en el condado de Oconee, en el noroeste de Carolina del Sur. Tras la Segunda Guerra Mundial, una compañía energética empezó a plantear la inundación del valle para construir una central eléctrica. En 1973 se inauguró el lago Jocassee bajo cuyas aguas se encuentra el valle y los pueblos y tierras donde se localiza la acción de Un día en el paraíso (2002; Siruela, 2018).
Sin duda, esta novela es un homenaje a aquellas tierras y a las gentes que las habitaron. Pero además, y por encima de eso, es una novela magnífica. Una novela construida con cinco voces y dos tiempos. El primero de ellos es el calurosísimo agosto de 1952 cuando un hombre desaparece en el valle. La primera de las voces es la del sheriff Will Alexander, un veterano de la Segunda Guerra Mundial, universitario, cuya familia sigue aferrada a las tierras del valle, que nos narra la búsqueda de Holland Winchester, un muchacho conflictivo, recién regresado de Corea. Alexander sospecha que su vecino Billy Holcombe ha matado a Holland porque se acostaba con su mujer. La segunda de las voces es la de Amy Holcombe, que nos explica su relación con Billy y con Holland y lo que ocurrió. La tercera es la palabra de Billy: conocemos ahora su visión de su relación con su joven esposa embarazada y completamos lo que ya sabemos sobre la desaparición de Holland.
El segundo tiempo es septiembre de 1969, cuando el agua comienza a inundar el valle y los últimos vecinos son obligados a dejar sus casas y sus tierras. Es ahora Isaac, el hijo de Amy, quien nos cuenta esos días, en los que a él le toca enfrentarse, inesperadamente, al pasado. El ayudante del sheriff se ocupa de recoger los trastos, poner un poco de orden y cerrar una novela que no olvidará el lector.
La señora Winchester, madre de Holland, y la viuda Glendower completan con los seis citados un grupo de personajes profundamente humanos e interesantes. Interesantísimo el sheriff, que apenas tiene treinta y cuatro años en el primer momento de la novela pero que, curtido por la guerra, por su trabajo y por su desarraigo - dejó el valle para ir a la  universidad, casarse con la hija de un médico y vivir en la ciudad y casi no visita a su padre y a sus hermanos - se nos presenta como un hombre mucho más maduro (nos recuerda a Longmire) cuya voz nos transmite la atmósfera agobiante - no por la canícula, sino por el atraso de unas gentes que creen en brujas y la turbiedad de un mundo campesino que se sabe condenado inexorablemente a perecer, más pronto que tarde, bajo las aguas de la empresa eléctrica - en la que viven los habitantes del valle. Interesante y personal la voz más jovial de Amy. Las otras voces de la novela son, en cambio, más impersonales, no caracterizan a sus propietarios. Pero a estas alturas lo importante de la novela es cómo esas voces completan el puzzle. Y lo hacen de manera espléndida. Alexander, Amy y Billy construyen una buena novela, pero son el hijo y el ayudante los que convierten Un pie en el paraíso en un relato emotivo, emocionante y conmovedor. No sólo por lo que nos revelan sobre lo que ya sabemos y el hijo descubre, sino porque nos enfrentan al momento definitivo en que un mundo desaparece, en que centímetro a centímetro el agua engulle las tierras, las casas, las vidas - las de los vivos y las de los muertos - y los secretos. Un momento de profunda tristeza que, como verá el lector, es, además, trascendental para nuestros cinco protagonistas, que no pueden escapar del destino trágico.
Ron Rash (Chester, Carolina del Sur, 1953) se inició en la poesía. Un pie en el paraíso es la primera de sus cinco novelas. Punto de lectura publicó en 2007 En lo más profundo del río.
No muy lejos del condado de Oconee, en Carolina del Sur, se encuentra el condado de Oconee, en Georgia. Siruela, para su cubierta de Un pie en el paraíso, ha optado por un antiguo mapa del estado de Georgia - con el condado de Oconee más o menos en el centro -. Esos pequeños errores de rigor en el trabajo que dan tan mala imagen.
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