sábado, 31 de agosto de 2019

Henning Mankell, Tea-Bag

Jesper Humlin es un celebrado poeta de oscuros versos y escasas ventas que vive, pagado de sí mismo, en su torre de marfil mientras mantiene una peculiar relación con su excéntrica madre y su pareja le exige que es el momento de tener un hijo.
Su plácida vida se verá trastocada cuando su agente de bolsa le diga que todo está bien - ha perdido casi todas sus inversiones, pero ya lo recuperará - y su editor le aclare que en los próximos meses va a escribir una novela policiaca - no se vende otra cosa - de la que se venderán no sé cuántos miles de ejemplares cuyo título ya han decidido para así iniciar su promoción.
Pero sobre todo se verá trastocada cuando, en una conferencia de esas en las que los escritores promocionan sus libros repitiendo siempre las mismas palabras que llevan bien preparadas, una chica le pregunte "¿has escrito algo de alguien como yo?". La chica es Tea-Bag, una joven africana instalada en Suecia tras haber llegado, años antes, a las costas españolas. "Alguien como yo", quiere decir, inmigrantes ilegales. Si iniciará entonces una relación tan peculiar como inesperada entre Humlin y Tea-Bag que le llevará a él a comprometerse en la organización de un taller de escritura en el que chicas inmigrantes aprendan a escribir para poder contar sus vidas.
En contra de lo que él hubiera querido, Humlin acaba implicado en las vidas de Tea-Bag, de Tanja, una chica procedente de la ex Unión Soviética y de Leyla, cuya familia llegó legalmente desde Irán. A través de los relatos - verídicos, inventados, entremezclados: quién sabe - de las muchachas, Humlin y nosotros conoceremos de las penosidades que sufren los inmigrantes para llegar a la anhelada Europa, sus vidas, duras, una vez aquí, las diferencias y choques culturales... Mankell nos enfrenta, en esta ocasión con un tono más cómico que en otras novelas, a un asunto social - la inmigración - y a la crítica paródica del mundo literario y editorial. El tono, quizá, nos resulta un poco inesperado en Mankell, pero Tea-Bag (2001; Tusquets, 2010) es una interesante lectura, como todas las de nuestro admirado autor sueco.

Creo que nadie sabe en realidad lo que significa huir. Verse obligada a partir, dejar todo detrás de ti y correr para vivir. Aquella noche en la que abandoné la aldea sentí como si dejara todos mis pensamientos y recuerdos colgados detrás de mí igual que un cordón umbilical sangriento, negándome a cortarlo hasta que hubiera llegado lejos, muy lejos de la aldea. Creo que nadie que no haya sido obligado a huir y haya tenido que correr para esconderse de personas o armas o sombras oscuras que amenazan con matarte, puede entender lo que significa. el horror extremo no se puede transmitir, no se puede contar. No se puede explicar a otra persona lo que significa ir corriendo hacia la oscuridad, con la muerte y el dolor y la humillación detrás de ti.

viernes, 23 de agosto de 2019

Angelika Schrobsdorff, Tú no eres como otras madres

Else Schrobsdorff y sus hijos.

Es duro ser madre.

Else Schrobsdorff tuvo tres hijos: Peter, Bettina y Angelika. Cada uno de un padre distinto. El primero de su primer marido, la segunda de un amante, la tercera del que, cuando la niña tenía tres años, sería su segundo marido. En comparación  con el estereotipo de "madre", parece que a Angelika no le faltaba razón cuando tituló Tú no eres como otras madres (1992; Periférica - Errata naturae, 2016) el libro en el que nos relata la vida de Else.
Pero claro está que estas circunstancias son lo de menos en Tú no eres como otras madres. En realidad, veremos que Else fue como todas las madres en su amor hacia sus hijos: siempre dispuesta a cualquier cosa por ellos, siempre sufriendo por ellos.
Else nació en Berlín en 1893. Hija de comerciantes judíos, quiso vivir en el mundo cristiano, o, mejor, digamos laico. Vivió una loca juventud en el Berlín de los años locos mientras el nazismo nacía y crecía sin que nadie le diera importancia, sin que la joven generación de Else se enterase de nada, ocupada en sus fiestas, en el alcohol y en el sexo.

Los niños y los ancianos, se decía a sí misma, viven en su propio mundo.

Pero también los jóvenes como Else, como podemos ver. Algunas personas empezaron a preocuparse, los judíos más conscientes a salir de Alemania, pero Else seguía en su mundo y no hacía caso a las advertencias de los amigos. Novelas como El lector, de Bernhard Schlink, nos hablan de la culpa alemana, de cómo de una u otra manera todos sabían lo que pasaba pero por una u otra razón nadie hizo nada. La primera parte de Tú no eres como otras madres, en cambio, nos muestra la frivolidad e inconsciencia con la que muchos, como Else, se encontraron de la noche a la mañana, entre copa y copa, entre polvo y polvo, con Hitler en el poder.
Vendrán luego la persecución de los judíos, la guerra, el holocausto, la huída de Else y sus hijas a Bulgaria mientras nunca sabe muy bien dónde se encuentra su querido y apasionado hijo, al que Else no volverá a ver.

Es horrible no disponer de una última vez consciente cuando no se vuelve a ver a una persona a la que se quiere.

Tiempos de dolor, sufrimiento, penuria y enfermedad hasta la muerte de Else en 1949. A partir de cartas y documentos Angelika Schrobsdorff (Friburgo, 1927 - Berlín, 2016) reconstruye la vida de su madre. Intenta hacerlo con objetividad, sin dulcificarla, presentando sus defectos, relatando - casi siempre en tercera persona - cada detalle... todo ello para que nos conmueva el amor de madre (que siempre es dolor de madre) que Else derrochó por sus hijos. Nos conmueve Else como madre - aunque en muchas ocasiones no la comprendamos como persona -, nos conmueve la dura vida que tuvo que afrontar, pero el libro se nos hace largo a pesar de entender que lo es por el empeño de la autora de no dejar nada sin contar para que comprendamos mejor a su madre. Son, sin embargo, los padres de Else - silenciosos sufrientes - y su hijo Peter - adolescente arrebatado - quienes se ganan mejor el cariño del lector. Y el testimonio verídico del contexto histórico lo que le ata a una lectura no siempre ágil - es decir, algo aburrida a veces - en la que son muchos y complejos los temas - íntimos, familiares, sociales, políticos - que se abordan, además de los obvios de la maternidad y el holocausto, y sobre los que se puede reflexionar extensamente.

miércoles, 14 de agosto de 2019

Jussi Adler Olsen, El efecto Marcus

Marcus es un chico gitano italiano de quince años que escapa de un clan mafioso que explota a niños y adolescentes obligándoles a ejercer la mendicidad y cometer robos callejeros. Es un chico peculiar, porque, a pesar de llevar desde siempre esa vida - el jefe del clan es su tío -, ha tenido interés en leer y aprender y esto, junto a la suerte, le ayudará en su escapada de la persecución feroz del clan. Marcus huye porque escucha que quieren dejarle tullido para que sea más rentable mendigando y en su huída descubre un crimen cometido por Zola, su tío. Quiere y necesita ponerse en contacto con la policía pero al mismo tiempo teme hacerlo por miedo a ser expulsado del país por carecer de papeles.
William Stark es un funcionario que desapareció unos años antes después de viajar a Camerún y descubrir una trama de corrupción en torno a las ayudas al desarrollo que Dinamarca envía a países africanos.
Morck y los suyos se acaban ocupando de investigar la desaparición de Stark por la insistencia de Rose, a pesar de que Carl, al principio, no ve interés en el caso. Hay cambios en la comisaría y al Departamento Q se incorpora un nuevo integrante, Gordon, recibido por Morck con hostilidad. Se rompe la relación de Carl con Mona, sabemos algo más sobre el misterioso pasado de Assad y la salud de Hardy mejora. Pero, en esta ocasión, el Departamento Q queda en segundo plano ante el protagonismo de Marcus, que conducirá a Carl y los suyos a resolver la desaparición de Stark.
Con su audacia e inteligencia, con su decisión de cambiar de vida y con su indefensión ante el poderoso clan que le persigue, Marcus se gana la simpatía del lector que sufre con él en los numerosos momentos de riesgo. No obstante, al seguidor de la serie le hubiera gustado que los miembros del Departamento Q tuvieran más protagonismo porque le hubiera gustado saber más de ellos y que se hubieran ocupado de un caso más lejano en el tiempo. Es lógico querer saber más de personajes que uno ya conoce de novelas anteriores. Pero esto no invalida el valor de la novela por sí misma que, como las anteriores, se lee con gusto y, sin embargo, como las anteriores no hubiera sido peor con algunas páginas menos.
En esta ocasión el Departamento Q pone ante nuestros ojos las mafias organizadas que controlan a los carteristas y mendigos en las grandes ciudades y, en contraste, el crimen financiero de altos vuelos que implica la corrupción política y que se apropia de dinero público. Y también se nos plantea la cuestión del control de las ayudas destinadas a los países africanos, la desviación de sus fondos, la corrupción en esos países...
El efecto Marcus (2012; Maeva, 2015) es el quinto caso de la serie del Departamento Q, de Jussi Adler Olsen.

domingo, 4 de agosto de 2019

Longo, Dafnis y Cloe

Jehan Georges Vibert, Dafnis y Cloe (1865).

Contra Amor no hay bálsamo alguno, ya sea comido, bebido o recitado en ensalmos; tan solo el beso, el abrazo y el acostarse los cuerpos desnudos.

Longo, que probablemente vivió en la isla de Lesbos durante el siglo II, es el autor de una de las llamadas "novelas griegas" que serían, siglos más tarde, fundamento de la narrativa moderna. Dafnis y  Cloe (Alianza Editorial, 1996) nos cuenta, en un entorno bucólico y pastoril, la historia de amor de Dafnis, de quince años, y Cloe, un par de años más joven. Aunque pastoril y campestre y aunque los protagonistas no realizan ningún viaje ni son separados y puestos en peligro por la Fortuna, no faltan en la novela aventuras, guerras, piratas, intervenciones de los dioses - Pan, Eros, las ninfas -, falsas identidades, final feliz... El erotismo es también un elemento básico de la novela pues los pobres chicos sienten los efectos del amor - ella se enamoró al verle a él bañarse desnudo, él al recibir de ella el primer beso - pero no saben bien cómo curarlos - resulta que hay que hacer algo más que acostarse juntos, pero ellos no saben hacerlo, pues no es como lo hacen los animales a los que cuidan -, aunque, afortunadamente, una mujer mayor adiestrará a Dafnis en los secretos del acto sexual para que él pueda, a su vez, guiar a Cloe cuando se consume el matrimonio de estos apuestos pastores, cuyo origen social resulta ser otro muy distinguido (ambos fueron abandonados al nacer, amamantados por una cabra y una oveja respectivamente y encontrados por los pastores que los criaron).
Al fin y al cabo la historia que se nos relata no es otra que la del descubrimiento inocente de la sexualidad por una pareja de adolescentes que descubren el ardor y el insomnio. Aprenden que el instinto natural debe adecuarse a los usos culturales y Dafnis que Cloe debe llegar virgen al matrimonio y ser él, como marido, quien la enseñe lo que él ha aprendido con Licenion, quien le adiestra - como hemos dicho - a cambio de darse el gusto de desvirgar a semejante mozo. La historia transcurre a lo largo de año y medio en el que el paso de las estaciones es paralelo a la evolución de la trama amorosa y a la evolución psicológica de los protagonistas que, niños al principio, se convierten en adultos. Este erotismo básico, atemporal - la iniciación adolescente - hace de Dafnis y Cloe una lectura siempre actual. Y el arte de Longo al contarlo, integrando con originalidad elementos habituales de la literatura clásica y manteniendo siempre el interés del lector, una lectura imprescindible.
A diferencia de otras novelas griegas muy conocidas en el Renacimiento y el Barroco, quizá por su erotismo, la primera traducción española de Dafnis y Cloe es la de Juan Varela de 1880, quien no dudó en cambiar el sexo de un personaje para evitar que su atracción por Dafnis resulte homosexual. La mayoría de las ediciones actuales siguen el texto de Varela, no así la de Alianza.
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