domingo, 25 de febrero de 2018

W. R. Burnett, La jungla de asfalto

Escena de La jungla de asfalto (1959).
Tras la Segunda Guerra Mundial, un grupo de delincuentes prepara un gran robo a una joyería inexpugnable en una ciudad del Medio Oeste dominada por la delincuencia y la corrupción política y policial. Aunque siempre quedan policías honrados e intachables como el comisario Hardy.
En La jungla de asfalto (1949; RBA, 2012) un narrador externo nos relata lo que unos y otros hacen otorgándoles un protagonismo coral con el que lo que destaca es la sordidez de la ciudad. Así, al mismo tiempo que la novela negra explora aquí nuevos caminos - el protagonismo de los delincuentes -, se inscribe a su vez en las características de la narrativa del medio siglo.
No hay en La jungla de asfalto investigación criminal ni Hardy es un héroe que lucha contra el mal. Simplemente asistimos a la planificación del robo y a la intervención en su fracaso de errores humanos imprevistos. Un ladrón profesional de origen alemán que planea el robo, un abogado corrupto - arruinado por su pasión por una joven pelirroja - que lo financia - eso se supone -, el dueño de un garito de juego ilegal - la ciudad está llena de ellos -, un apostador que es un tipo duro pero sensible - por el que el lector acaba sintiendo cierta simpatía -, la pobre muchacha enamorada perdidamente de éste, la esposa - enferma imaginaria - del abogado, un jorobado italiano que está al tanto de todo, matones, policías y periodistas componen el elenco que deambula por una ciudad enorme, industrial y oscura, en la que no se atisba luz ni esperanza.
William Riley Burnett (Springsfield, 1899 - Santa Mónica, 1982), novelista y guionista de cine, desarrolló el subgénero de la crook story - el relato protagonizado por delincuentes - desde El pequeño César (1929), su primera novela. Muchas de sus más de treinta novelas fueron llevadas al cine. Sin duda, La jungla de asfalto debe mucha de su fama a la versión cinematográfica de 1950 de John Huston. La película se estrenó en España a finales del mismo 1950 y la novela se publicó al año siguiente. Desde entonces son muchas las ediciones de La jungla de asfalto, sin embargo, son pocas las otras novelas de Burnett publicadas en nuestro país.

sábado, 17 de febrero de 2018

Friedrich Christian Delius, El paseo de Rostock a Siracusa

Klaus Müller en 1988.
Johan Gottfried Seume fue un escritor romántico alemán que en 1801 realizó un viaje de nueve meses hasta Siracusa que describió en Paseo a Siracusa en el año 1802.
El camarero Klaus Müller, admirador de Seume, decidió definitivamente emular aquel viaje en el verano de 1981. La empresa no era fácil, pues vivía en la República Democrática de Alemania. ¿Cómo, legal o ilegalmente, cruzar su frontera para viajar a occidente?, ¿cómo volver a cruzarla para regresar a casa, pues su intención no era en absoluto huir de la RDA?.
La aventura de Müller la recrea Friedrich Christian Delius en El paseo de Rostock a Siracusa (1995; Sajalín, 2010). Una breve novela, de esas que solemos considerar joyitas - inesperada -, cuyo narrador externo con un estilo sencillo y ameno y un relato objetivo nos cuenta las peripecias de Paul Gompitz - el alter ego literario de Müller -. Gompitz trabaja de camarero en las turísticas islas del mar Báltico, lo que le permite ganar lo suficiente como para descansar en invierno y las propinas le permiten ahorrar un pequeño tesoro de marcos de la República Federal. Aunque en la RDA se vive en el miedo y la sospecha constante de que la Stasi todo lo ve y lo escucha, de que cualquiera puede ser un espía, Gompitz es feliz en su país y desea vivir en él. Pero también quiere viajar, lo que está prácticamente prohibido a los alemanes del este. Y tiene además el sueño de seguir los pasos del viaje de Seume. Cuando toma la decisión de cumplirlo, inicia una serie de preparativos minuciosos para lograrlo; hace todo lo posible por salir del país con un permiso legal (pero a la RFA no se puede viajar por turismo, sólo por matrimonio o fallecimiento de un familiar, o si éste cumple setenta y cinco años), compra un pequeño velero y aprende todo lo aprendible sobre navegación y sobre clima, corrientes y vigilancia del Báltico, cultiva una relación epistolar con una prima segunda de Solingen, viaja a Praga (sólo a Checoslovaquia se podía viajar libremente) con el fin de encontrar alemanes occidentales que puedan pasar su dinero a occidente, pero o le miran con recelo y desprecio o le envidian por vivir en un maravilloso país socialista en el que el gobierno está en manos de los obreros y

no comprenden que él sólo quiere una cosa que para ellos es natural, viajar.

No encontrará en Praga a quien confiar su dinero, pero, con esa intención lo sacó del escondite donde lo tenía guardado en un bosque cerca de Rostock de manera que durante años tuvo sus cuatro mil marcos occidentales enterrados en un parque infantil de Praga - es imposible que en un país socialista renueven los columpios y los bancos de un parque; el dinero no estará en peligro hasta que pueda pasarlo occidente -. Estudia las leyes con detalle a fin de asegurar que su salida del país signifique el delito más leve. Toma todas las precauciones y redacta las cartas necesarias para dejar claro, cuando llegue el momento, que no quiere huir sino volver. Por fin, siete años más tarde, la noche del 8 de junio de 1988, Gompitz navega por el Báltico, atraviesa sin incidentes las aguas de la RDA y llega a Dinamarca.
Una vez en occidente, Gompitz, lógicamente, se sorprenderá en algunas ocasiones. En el bufé del desayuno de los hoteles los clientes pueden consumir cuanto quieran; acaba comprendiendo que eso es más barato que tener tantos empleados como los que trabajan en los hoteles de la RDA. Encadena varios trabajos de camarero a fin de ganar un dinero que le ayude en su viaje y

a diferencia de lo que ocurría en la RDA, donde siempre ha coincido con personas interesantes que han sido retiradas o expulsadas de sus carreras oficiales y que sirven de camareros o friegan platos en la costa, filósofos, literatos, incluso expertos en el antiguo Egipto, aquí no encuentra a ningún compañero con un poco de formación y sensibilidad.

Gompitz había previsto que su viaje hasta Siracusa y de vuelta a casa durase un año, pero, preocupado por su mujer, decide acortarlo y el 19 de octubre cruza de nuevo la frontera de su país y, naturalmente es detenido e interrogado.

- Ya, ¿y cuándo se propone ir a Gran Bretaña?
- Pensaba ir a los cincuenta, en el verano de 1991.
- Ah, bueno - comenta el jefe, y con un gesto da el tema por zanjado - entonces no tiene de qué preocuparse. ¡Entonces ya se podrá!

A pesar de que la novela carece de intriga - sabemos que Gompitz realizará el viaje - el eficaz relato consigue que acompañemos al protagonista en cada uno de los días de los siete largos años en que se ocupa de alcanzar su pequeño sueño con la emoción con que le seguiríamos en una novela de suspense.
Un año después de la aventura de Müller-Gompitz caería el muro de Berlín, se produciría luego la reunificación alemana y se acabaría el mundo en el que crecimos y en el que, seguramente, en ambos lados del muro idealizábamos la vida al otro lado. Delius nos deja una novelita brillante, una aventura que, en nuestra Europa sin fronteras, nos resulta casi absurda y nos regresa a un tiempo que vivimos y, sin embargo, queda ya lejano del actual.

viernes, 9 de febrero de 2018

Sue Kaufman, Diario de un ama de casa desquiciada

En un tiempo en que libritos como el de la imagen te enseñaban a entrenar a tu esposa para responder al chasquido de tus dedos, traerte las zapatillas, cuidar de tu cerveza o recibirte envuelta en celofán, no es de extrañar que a mujeres como Tina, la protagonista de Diario de un ama de casa desquiciada (1967; Libros del Asteroide, 2010), les resultara más que frustrante el "papel femenino pasivo" que la sociedad les reservaba.
El machismo es, claro está, despreciable en cualquier tiempo y en todas sus formas. Pero sufrirlo como algo considerado natural en una sociedad moderna y democrática por mujeres, como Tina, universitarias de amplia formación cultural, resulta frustrante y desquiciante.
Tina Balser, treinta y cinco años, está casada con un abogado triunfador lo que les permite incorporarse a una vida de riqueza económica y a una nueva vida social relacionándose con artistas y nuevos ricos. Él es feliz; a ella esta vida no le interesa en absoluto. Tienen dos hijas. A la vuelta del verano, con el material escolar de las niñas, Tina decide comprar unos cuadernos en los que escribir en secreto sus "informes" - un diario -, que serán su salvación. El diario evitará que Tina tenga que acudir al psicoanalista como le sugiere su marido. Ocuparse de las niñas, sacar al perro, que la criada tenga la casa limpia, tener la comida lista... y estar siempre dispuesta para "un pequeño revolcón" cuando a él le apetece. ¿Cómo es posible que Tina se esté volviendo medio loca ante tan apasionantes tareas y preocupaciones? Además, la vida le ofrece aventuras tan gratificantes como que la llame por teléfono un maníaco o que las niñas se pongan enfermas y sea imposible hablar con el médico. En momentos así, "ya me lo contarás luego, cuando llegue a casa esta noche, ahora tengo mucho trabajo" responde Jonathan. Jonathan, ese marido atento que a su esposa la llama Teen (digamos, Chiquilla), al que sólo interesa ganar dinero invirtiendo en bolsa, codearse con la farándula y tener planchadas sus decenas de camisas. A medida que avanzamos en el diario de Tina comprendemos que se avecina tormenta; pero eso ya no lo vamos a contar aquí. La novela se cierra con una magnífica metáfora.
Diario de un ama de casa desquiciada  - así empieza - es una novela tan divertida como demoledora. Un rotundo alegato feminista que pone ante nuestros ojos cómo el machismo constituía de manera natural el fundamento de la sociedad - es decir, sin ser percibido como machismo - hace muy poco tiempo; en el Manhattan moderno, culto y rico de finales de los sesenta, después de JFK y del sueño de Luther King.
Sue Kaufman (Long Island, 1926 - Nueva York, 1977) es autora, con su apellido de soltera, de seis novelas de las que sólo Diario de un ama de casa desquiciada - llevada al cine en 1970 - y Caída libre (Círculo de tiza, 2017) han sido publicada en España.

jueves, 1 de febrero de 2018

Mika Waltari, Estas cosas jamás suceden

Dice Navona que publica - 2017 - Estas cosas jamás suceden, novela de Mika Waltari de 1944, por primera vez en castellano. Sin embargo, Plaza y Janés ya editó Estas cosas no suceden en 1963. Y posteriormente, en 1969, en un volumen junto a otras novelas del autor. Los niños lo saben; está muy feo mentir.
Un hombre toma un vuelo en un viaje supuestamente profesional. La convulsa situación que vive Europa en esos días y una climatología terrible hacen que ese sea uno de los pocos aviones que despegan ese día y que junto al hombre sólo viaje una mujer. El avión sufre un accidente en un lugar indeterminado de Europa (el vuelo iba a sobrevolar cuatro países). El piloto y el telegrafista mueren y el hombre y la mujer sobreviven e inician el camino para saber dónde están y llegar a su destino. 1939.
Desde la casi total ausencia de datos sobre los personajes, la falta de referencias geográficas y una prosa desnuda y fría, Estas cosas jamás suceden crea una intriga sobre qué pasará que ocupa al lector hasta que descubre que más bien debe plantearse cuestiones existenciales. Del hombre atisbamos que mantiene una relación distante con su esposa, que se le murió una hija, que habla alemán y que quizás realice el viaje con intención de no volver a casa. Pero desconocemos su nombre, su profesión, su pasado, su aspecto físico... De la mujer sabemos que luce una sortija con un bello diamante ¿verdadero?, que mira y cuida el contenido de su bolso, pero nada más. Nunca sabemos tampoco de dónde parte el avión y dónde se estrella, sólo que el primer lugar está más al norte que el segundo y que éste parece razonable situarlo en el este de Europa. Todos estos desconocimientos generan suspense pues el lector desea resolverlos, pero la intriga se desvanece cuando el hombre y la mujer resuelven que, una vez que han sobrevivido al accidente, han muerto y vuelto a nacer y dejan de tener interés por saber dónde se encuentran y por llegar a sus destinos iniciales.
Mika Waltari (Helsinki, 1908 - 1979) es autor de uno de los mayores bestsellers del siglo XX: Sinuhé el egipcio (1945), de la que en nuestro país se han publicado innumerables ediciones. Sin embargo, son pocos los otros títulos de su extensa obra traducidos al castellano.
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