domingo, 27 de octubre de 2013

John Williams, Stoner

Brigid Ganly, El dramaturgo (1936).
William Stoner entró como estudiante en la Universidad de Misuri en el año 1910, a la edad de diecinueve años. Ocho años más tarde, en pleno auge de la Primera Guerra Mundial, recibió el título de Doctorado en Filosofía y aceptó una plaza de profesor en la misma universidad, donde enseñó hasta su muerte en 1956".
Así comienza Stoner, novela de John Williams, publicada en 1965. A partir de estas primeras líneas nos encontramos ante un relato biográfico - lineal y en tercera persona -, el de la vida, tan vulgar, gris y triste como la de cualquiera de nosotros, de un personaje que no dudaríamos en considerar en el grupo de las personas normales, en el de la gente corriente. Nada de heroico, ni de antiheroico, ni de extraordinario en la vida de William Stoner. Y esa es la virtud y el valor de esta novela; convertir en literaria una vida que en nada se diferencia de la de una persona cualquiera. Así, y gracias también a su prosa sencilla y fluida, el relato nos resulta cálido y el personaje profundamente humano.
Stoner, hijo de granjeros, fue enviado por su padre a la universidad siguiendo el consejo de un representante del condado para realizar estudios de Agricultura. Pero en el segundo año cursó la asignatura semestral de literatura inglesa, obligatoria, a lo largo de la carrera, para todos los estudiantes de las distintas licenciaturas. Entonces descubrió al amor por la literatura. Y al curso siguiente. sin informar a sus padres, se cambió de carrera. Al acabar la licenciatura en Artes inició el doctorado y obtuvo una plaza como profesor del departamento de Lengua Inglesa. La de Stoner, que descubre que debe ser profesor, es una vida entregada a sus libros, a sus clases y a sus alumnos, una carrera profesional marcada por las rencillas, odios y celos habituales de los claustros y los departamentos docentes. Un matrimonio desafortunado, o, al menos, infeliz, desde el primer día. El lector acompaña a Stoner en el día a día de esta vida durante cuarenta años, sin salir apenas del campus universitario. Hasta un final triste y conmovedor. Un final magnífico como pocos, que hace grande la novela y que nos revela, definitivamente, que aunque su existencia sea gris, no es ni mucho menos gris el personaje. Quizá porque ninguna vida lo es porque toda vida es única.
Podríamos quizá decir que Stoner nos lleva a reflexionar sobre nuestras propias vidas, que, aun a pesar de que seamos personas dignas y valiosas, algún día acabarán sin dejar tras ellas ni mayor rastro ni mayor gloria y, lo que es peor, sin que tengamos la posibilidad de repetirlas para dignificarlas y corregir nuestros errores. Pero ni la novela es tan pretenciosa ni lo necesita. Le basta con su verdad enorme; la de hacernos sentir la vida de Willam Stoner como la de una persona de carne y hueso tan cercana y mediocre como cualquiera de las que nos rodean cada mañana, como nosotros mismos.
No hay en Stoner ningún alarde de técnica narrativa, ningún juego de tiempos ni de voces narrativas, ningún barroquismo expresivo, ninguna exquisitez léxica, ningún atrevimiento sintáctico, ningún argumento extraordinario, ninguna trama ingeniosa; simplemente un relato en tercera persona, objetivo y omnisciente, con una prosa sencilla, de una historia mediocre. No hace falta más para hacer buena literatura.
John Williams (Clarksville, Texas, 1922 - Fayetteville, Arkansas, 1994), periodista y escritor, fue profesor en la Universidad de Misuri durante los años cincuenta.
La editorial tinerfeña Baile del sol publicó Stoner en 2010. Anteriormente, Pàmies, publicó El hijo de César en 2008. Esta misma novela con el título de AugustButcher's crossing han sido publicadas en catalán por Lumen en 2013. La edición en catalán de Stoner, en 2012 por Edicions 62, completa la recepción en España de la obra de John Williams.

sábado, 19 de octubre de 2013

Marcella Olschki, Una postal de 1939

Una postal de 1939 (1956; Periférica, 2012) es una breve novela de carácter autobiográfico en el que Marcella Olschki rememora en breves capítulos, pequeñas postales, con ternura y nostalgia varios momentos e imágenes de su último curso de bachillerato, en la Italia fascista de 1939. Recuerdos de compañeros, de profesores, de anécdotas, del primer amor, presentados como el final de la adolescencia, el final de la inocencia...
Acabado el curso, durante las vacaciones, Marcella tiene el impulso de gastarle una broma de mal gusto al profesor Fedi, el profesor de Física, camisa negra, que les ha amargado la vida a todos y a ella especialmente durante los tres años del bachillerato con su despotismo y su caprichosa injusticia. Le envía una postal con la imagen de la cárcel de Portolongo, en la isla de Elba, en la que con una flecha indica una celda reservada para "Su Excelencia". A la vuelta del verano el profesor denuncia a Marcella, lo que la llevará a ser juzgada por un tribunal de justicia. Con el agravante de que su padre es judío.
El relato se centra en el recuerdo agridulce de la vivencia personal y prescinde de aludir al contexto histórico; Mussolioni, el fascismo, la guerra mundial que estalla en los mismos días en que transcurren los hechos y a la que ni siquiera nomba. El tono hace agradable la lectura, el "olvido" decepciona al lector. Por muy sentimental, intimo, personal, evocador, impresionista que quiera ser un relato, ¿cómo hacer abstracción y pasar de puntillas ante semejante contexto? Periférica ha elegido para la cubierta de su edición una fotografía en la que la propia autora aparece pegando un rótulo que dice "este establecimiento es ario" (es decir, no somos judíos) sobre el escaparate del negocio familiar. Supongo que la imagen es posterior a 1939, pero para entonces Mussolini llevaba gobernando diecisiete años. Cuando se publica Una postal de 1939 una década después de acabada la guerra, ¿de verdad que una escritora hija de padre judio no tenía otra visión que dar del fascismo que esta tan amable que parece propia de Margarita Rodríguez Garcés?
Marcella Olschki (Florencia, 1921 - 2001) escribió también Oh América, un relato autobiográfico sobre su vida en Estados Unidos en los años cuarenta tras casarse durante la guerra con un militar norteamericano. La edición de Una postal de 1939 de Periférica es su primera publicación en España.

viernes, 11 de octubre de 2013

William Kennedy, La jugada maestra de Billy Phelan

La calle State, Albany, en 1938.
Unos pocos días de octubre de 1938. En Europa Hitler invade los Sudetes. En América gobierna Roosevelt y hace cinco años que acabó la prohibición. En Albany, capital del estado de Nueva York, es secuestrado el joven Charlie McCall. Los McCall son la familia que ejerce el poder en Albany a partir de la red de clientelismo político que han creado y que les ha dado el total dominio de la ciudad.
Martin Daugherty es periodista del Times-Union e irlandés como los McCall. Recibe de ellos el encargo de evitar que la noticia se haga pública. Es amigo de Billy Phelan.
Billy Phelan, es un magnífico jugador de bolos, de billar, de póquer y de lo que sea. Se gana la vida jugando y corriendo pequeñas apuestas hípicas. También es irlandés y como los McCall y Daugherty se crió en la calle Colonie. Es amigo de Charlie. También de Morrie Berman, del que sospechan los McCall, por lo que le piden a Billy que les tenga informados de lo que hace y dice Morrie. Billy se niega; su ética no le permite ser un soplón. Sufrirá las consecuencias. El secuestro se resolverá y la novela, como la vida, nos ofrecerá un final abierto.
Mientras Charlie permanece secuestrado y los demás personajes deambulan por las calles de la ciudad, normalmente de noche y de garito en garito, La jugada maestra de Billy Phelan, a través de un relato cinematográfico y realista y de la mirada retrospectiva a las vidas de Martin, de Billy y de sus familias - el viejo padre dramaturgo de Martin, el padre de Billy que un día se fue de casa -, nos ofrece una visión panorámica de la historia de Albany en el primer tercio del siglo XX.
William Kennedy (Albany, 1928) escritor, periodista y guionista de cine, ha dedicado una gran parte - ocho novelas - de su obra a lo que llama "el ciclo de Albany", que, con personajes que transitan de una novela a otra, como Francis Phelan, el padre de Billy, nos ofrece una retablo de la vida de la ciudad a modo, para entendernos (y salvando las diferencias que haya que salvar), del del Madrid galdosiano. De las novelas del ciclo quizá la más prestigiosa es Tallo de hierro (1983), cuya acción, protagonizada por Francis Phelan, se solapa en el tiempo con la de La jugada maestra de Billy PhelanLa jugada maestra de Billy Phelan (1978; Libros del Asteroide, 2012) es la segunda de ellas. En España fue publicada en 1984 por Seix Barral con el título La jugada más grande. 

jueves, 3 de octubre de 2013

Maj Sjöwall y Per Wahlöö, Roseanna

Barco turístico atravesando las esclusas de Borenshult.
En 2000 Tusquets publicó La quinta mujer, con ella empezamos a conocer a Henning Mankell y al inspector Kurt Wallander. Resultaba casi exótico; literatura sueca. En 2008 llegó el fenómeno Millenium, de Stieg Larsson; gracias a él nos ha llegado una avalancha interesantísima de escritores de novela negra escandinavos que nos eran prácticamente desconocidos. Entre ellos hay que destacar al matrimonio formado los periodistas por Maj Sjöwall (Estocolmo, 1935) y Per Wahlöö (Göteborg, 1926 - Malmoe, 1975), considerados padres de la novela negra nórdica.
En el prólogo a su primera novela, Roseanna (1965), Mankell nos dice (cito por la edición de RBA bolsillo de 2010);
No sabría decir cuántas veces me han preguntado qué han significado para mí los libros de Sjöwall y Wahlöö. Creo que cualquiera que haya escrito sobre crímenes como reflejo de una realidad social ha sido inspirado, de una manera u otra, por ellos. Rompieron con las tendencias preexistentes en la novela policiaca. (…) La tradición británica en cuanto a novelas de detectives constituyó la fórmula dominante hasta la publicación de Roseanna”
Por su parte Val McDermid nos dice, en el prólogo a El hombre que se esfumó (en la misma colección):
Cuando se lee la serie de Martin Beck con ojos del siglo XXI es casi imposible advertir lo revolucionarios que resultaban en el momento de su primera aparición, Son muchos los elementos que aparecen por primera vez en estas novelas que luego se han hecho esenciales, hasta el punto de convertirse en lugares comunes del subgénero del procedimiento policial. Numerosos componentes que damos por descontados y que nos hacen incluso suspirar por el tedio, tienen sus raíces en la obra de una pareja de periodistas metidos a escritores de novela negra”.
Roseanna es la primera de una serie de diez novelas protagonizadas por el subinspector Martin Beck, de la Brigada Nacional de Homicidios. Una tarde de verano – el 8 de julio de 1964 -, en las esclusas de Borenshult, en Motala, aparece el cuerpo sin vida de una mujer que ha sido estrangulada. La investigación requerirá la intervención de Martin Beck y su equipo – y la colaboración del teniente Kafka, de la policía de Nebraska -. La resolución del caso necesitará tiempo y paciencia, avanzará a veces y otras parecerá estancada. Tras identificar a la mujer asesinada - una turista norteamericana de 27 años - y a un sospechoso del crimen, para detener a éste y obtener su confesión, Beck recurrirá a “métodos que nunca podrían hacerse públicos”; tenderle una trampa con una mujer policía como anzuelo. Martin Beck es un policía escrupuloso con el cumplimiento de su deber, tranquilo y paciente y poco amigo del uso de la violencia.
Con Roseanna la novela negra europea abre nuevos caminos. A diferencia de la novela negra norteamericana anterior, el protagonista es un agente de policía - no un investigador privado -, que realiza su labor en el marco de la ley, y que para nada es un tipo duro y dado a la acción. A diferencia de la novela policiaca, el protagonista no es un agente dotado de grandes capacidades que le permiten resolver brillantemente todos los crímenes salvaguardando así el triunfo del bien. Por el contrario, se trata de una persona corriente, carente de dotes heroicas, que trabaja en equipo, cuya vida personal y familiar y su carácter pueden estar llenos de problemas, inseguridades, debilidades… y que se enfrenta con profesionalidad al crimen, que forma parte, como un elemento más, de la realidad social.
Antes del actual “boom” de la novela negra nórdica, ya en los años setenta la editorial Noguer publicó varias de las novelas de la serie de Martin Beck. Y antes de las actuales ediciones de RBA, Roseanna se publicó por primera vez en España en mayo de 1982 en la colección Club del misterio (nº 55) de Bruguera.
La novela fue llevada al cine en Suecia en 1967 por Hans Abramson y en 1993 por Daniel Alfredson.
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